No cabe duda que cuando pensamos en París, lo primero que nos viene a la mente es la impresionante silueta de la Torre Eiffel. Un monumento que ha dominado el skyline parisino desde hace más de 130 años.
El proyecto surgió con motivo de la preparación de la Exposición Universal de 1889, con la idea de servir de entrada a la Exposición. El proyecto de Gustave Eiffel fue el elegido entre las 107 propuestas que se presentaron en el concurso organizado para conmemorar el centenario de la Revolución Francesa. Inició las obras en 1887 y tan solo dos años más tarde, en 1889, la torre se inauguró oficialmente convirtiéndose en el monumento más emblemático de la historia de Francia.
Torre Eiffel: amada y odiada
Aunque fue la ganadora del concurso, lo cierto es que no fue muy querida por parte de los principales artistas e intelectuales de Francia, pues lamentaban profundamente que el diseño fuera tan opuesto a la elegante y refinada estética de París. Sin embargo, este monumento ha sabido hacerse su hueco en el estilo de la ciudad.
A lo largo de los años ha ido sumando curiosidades entre las que se encuentran:
El edificio más alto del mundo: con sus más de 300 metros de altura, durante más de 41 años fue el edificio más alto del mundo, tras que el Edificio Chrysler le arrebatara el puesto. Sin embargo, sigue siendo la más alta de París y, sumando la antena que se le incorporó años atrás vuelve a superar la altura del edificio Chrysler.
Su construcción no iba a ser permanente: inicialmente estaba previsto que su estructura fuera demolida a los 20 años tras su inauguración, sin embargo, debido a convertirse en una de las atracciones más visitadas del mundo y admirada por todo el mundo, hizo que se mantuviera en pie a lo largo del tiempo. Además, su papel en acontecimientos históricos fue crucial.
¿Cuántos remaches?: en total cuenta con 2.500.000 remaches que eran colocados en caliente por un equipo de cuatro remachadores, de tal manera que uno lo calentaba, otro lo mantenía en su sitio, otro formaba la cabeza y, por último, otro completaba el aplastamiento con un mazo.
Y, ¿escalones?: exactamente la torre cuenta con 1.665, los cuales se pueden evitar subiendo en ascensor que recorren una distancia de cerca de 103.000 km al año.
Primer enlace de telegrafía inalámbrica: fue en 1898 cuando Eugène Cucretet realizara las primeras pruebas de telegrafía inalámbrica entre la Torre Eiffel y el Panteón, una distancia de 4 km. La estación se ubicó en la parte superior de la Torre, en 1899 por primera vez las ondas cruzaron el Canal de la Mancha. En 1913 la Torre envía por ondas eléctricas hasta América, un radio de 6.000 km.
Cambia de color cada 5 años: este es el tiempo que pasa entre pintura y pintura, pues para evitar la corrosión se pinta con 50 toneladas de pintura que hacen que cambie de color en numerosas ocasiones. Un acontecimiento que lo deciden los visitantes cuando votan en el primer piso de qué modo quieren que se pinte.
Su altura también varía: esto es una de las características más curiosa de la torre, pues en verano aumenta su tamaño 18 cm debido a la dilatación del metal.
Hitler no pudo subir: esta famosa torre que cuenta con más de 7 millones de visitantes al año, sin embargo, Hitler no pudo ser uno más entre ellos pues la resistencia francesa hizo todo lo posible para evitar que subiera, por ello contaron los cables del ascensor, de tal manera que el dictador se negó a subir los 1.665 escalones.