El edificio se encuentra localizado en un nuevo escenario urbano, con muy poco contexto, en el barrio de Zabalgana, en la periferia de Vitoria. Debido a esto, se ha desarrollado una estrategia diferente a la tradicional idea urbana del contexto, se busca un edificio más autorreferencial y conectado al lugar mediante el análisis de los vacíos urbanos.
Para la creación de la propuesta se adopta la definición del planeamiento, una planta en ‘U’ con dos bloques de viviendas, escalonados de nueve y seis plantas, con una mayor altura en la zona sur, conectados mediante un volumen de unión bajo de locales comerciales.
Gracias a las medidas de los brazos de la U, ha permitido, por un lado una estricta seriación de la estructura, así como de los núcleos de comunicación, lo que posibilita que todas las viviendas tengan un mismo fondo de crujía, 14.40 metros. El bloque lineal se divide en tres áreas de iguales dimensiones, adoptando, gracias a esto, una tipología base de vivienda que se agrupa y articula en dos zonas por planta, en torno a un núcleo sencillo de escaleras. Para permitir la flexibilidad de uso,
“La edificación que se propone tiene en cuenta tanto el soleamiento como el carácter de las áreas
con las que lindan”
con soluciones sencillas y económicas, los servicios se concentran y resultan ser un módulo idéntico para todas las viviendas. Se colocan dos núcleos de instalaciones, los servicios, y otro núcleo de instalaciones junto al tendedero, que se repite en todas las plantas, lo que ha permitido que las instalaciones sean comunes en todas las viviendas. De esta manera la vivienda tiene la posibilidad de contar con diferentes distribuciones con el mismo núcleo de baños e instalaciones.
La edificación que se propone tiene en cuenta tanto el soleamiento como el carácter de las áreas con las que lindan. Valora sus frentes, de manera que se colocan los salones hacia las áreas con mayor distancia libre a otra edificación, que resulta ser la orientación oeste. Las piezas principales de la vivienda aprovechan su valor visual y soleamiento, y todas las viviendas poseen al menos doble orientación. Esto permite un reparto equilibrado entre vistas y sol de todas las viviendas, con buen comportamiento bioclimático.