Un punto de vital importancia dentro de la envolvente de una edificación es la cubierta, pues es el elemento más expuesto a las inclemencias del tiempo, como la radiación del sol, la lluvia, el viento, cambios de temperatura… Por esta razón, será indispensable que en el proyecto se tenga especial cuidado con este elemento.
Una cubierta es el elemento constructivo que protege al edificio en su parte superior frente agentes climáticos, “a la vez que nos da resguardo, intimidad, aislación acústica y térmica”, define Laia Riera Portero, encargada de marketing en Ecopasiva. “Según esta definición, una cubierta puede ser la parte superior del edificio, como lo conocemos conceptualmente o, por ejemplo, también la superficie de una plaza pública que albergue un aparcamiento subterráneo”, añade Nicolás Ruiz-Larrea, director técnico de Danosa.
Y, como elemento constructivo de gran importancia, debe cumplir con ciertas funciones, que, tal y como enumera Francisco Morant, presidente del Gremi de Rajolers de la Comunitat Valenciana, son: estanqueidad, respeto al medioambiente, aislamiento térmico y acústico, resistencia estructural, a heladas y fuego, estética y armonía con el paisaje. De todas ellas, en su opinión, “la función más importante de la cubierta de un edificio es la evacuación natural de las aguas pluviales de la manera más rápida y eficaz posible, lo que obviamente se consigue mejor con una cubierta inclinada de teja cerámica”.