A nadie se los olvida aquel 2020 donde el cierre generalizado de colegios supuso un reto para el aprendizaje en todo el mundo. Para evitar que, en caso de que volvieran a repetirse la misma situación, las consecuencias fueran graves lo ideal será contar con edificios escolares centrados en la resiliencia, la flexibilidad y el aprendizaje personalizado.
Desde IDOM proponen un nuevo entorno de aprendizaje para la escuela inferior del Markham College, desarrollada en colaboración con el estudio danés Rosan Bosch Studio, donde han creado un imaginativo ecosistema para el aprendizaje flexible. El diseño, ganador del concurso convocado por el propio colegio, presenta como primicia una escuela a prueba de pandemias. Está concebido como un paisaje de aprendizaje que desarrolla el potencial de aprendizaje de cada alumno, en un entorno donde el aprendizaje y la naturaleza van de la mano. Pensando en el futuro de la educación, está diseñado para preparar a los estudiantes y fomentar las habilidades del siglo XXI.