El diseño de una piscina en un contexto arquitectónico demanda la armonización y la integración meticulosa dentro del conjunto. En este desafío, es esencial que los materiales empleados no solo cumplan con los requisitos de diseño, sino también con las exigencias técnicas inherentes a las áreas expuestas a la intemperie y en contacto directo con el agua.
El estudio Sebastián Arquitectos abordó este desafío con astucia. Enclavado en el parque natural de Litago, al pie del imponente monte Moncayo en Zaragoza (España), se erige una residencia que se fusiona armoniosamente con su entorno, haciendo uso exclusivo de un material: el pavimento de Gres Aragón.
Este gres uniforme se extiende por toda la obra: desde el interior y el exterior de la piscina hasta las terrazas exteriores y patios, conectando de manera fluida con el interior de la vivienda.
El resultado es una amalgama homogénea de líneas rectas y ángulos definidos, en los cuales las piezas cerámicas se ajustan con precisión, aportando un equilibrio estético notable.
La cerámica extrusionada de Gres Aragón se mimetiza con el espacio
Sebastián concibió un concepto arquitectónico donde todos los elementos se fusionan de manera integrada. Para ello, optó por las piezas cerámicas Urban Grafito, una colección en gres porcelánico de formato variable fabricado por extrusión horizontal. Estas piezas, minimalistas y sencillas, logran armonizar con las superficies de los suelos de los patios y los zócalos de hormigón, creando un conjunto de apariencia pétreo que se mimetiza con el paisaje rocoso circundante.
La cerámica extrusionada emerge como la elección idónea para el diseño arquitectónico de piscinas y su entorno, permitiendo una coherencia estilística y un equilibrio estético difíciles de alcanzar de otra manera. Con su versatilidad, se adapta a diversas formas necesarias para el diseño, desde ángulos hasta bordes y escalones, proporcionando una solución integral.
La seguridad en áreas húmedas es prioritaria. Los tratamientos antideslizantes aplicados al Urban Grafito garantizan la protección en un espacio donde el riesgo de resbalones es considerable. Todo el pavimento, desde las terrazas hasta la corona de la piscina, está diseñado para prevenir accidentes, cumpliendo con la clasificación más alta de antideslizamiento, Clase 3, según las normativas correspondientes.
La baja porosidad de la cerámica utilizada asegura su impermeabilidad al 100%, evitando la proliferación de bacterias y otros microorganismos. Su fácil mantenimiento y resistencia a agentes químicos simplifican las tareas de limpieza diaria en las piscinas.