Afirman que «no es lógico ni sostenible el crecimiento de las grandes urbes mundiales en forma de ‘mancha de aceite’, donde la ciudad va expandiéndose de forma imparable hacia periferias de dudosos resultados sociales y funcionales». Ya que el gran consumo energético y de tiempos en los desplazamientos del ciudadano desterrado al extrarradio y esclavo del vehículo privado hace insostenible el modelo, desde todos los posibles puntos de vista.
Y uno de los recursos es la edificación en altura. No de forma indiscriminada, sino en áreas puntuales que vayan referenciando la ciudad.
La torre Bacatá es una apuesta valiente, decidida y apoyada desde la órbita política, vecinal y estética, para crear una nueva referencia urbana, un auténtico motor de transformación y regeneración de la zona.