Zaragoza, capital de Aragón, a medio camino entre Barcelona, Bilbao, Madrid y Valencia, es la quinta ciudad española en población. Su nombre toma como origen al emperador César Augusto, que en el año 24 a.C. dotó a esta ciudad del nombre que llegó hasta nuestros días como Saraqusta, tras el paso de los árabes por la península. Su ubicación estratégica dentro de nuestras fronteras, y su enclave privilegiado en el Valle del Ebro y junto a este fundamental río, la han llevado a ejercer un papel primordial en el comercio y la industria nacional e internacional.
De la ciudad también hay que destacar que posee una de las obras religiosas más importantes del país, la Basílica de Nuestra Señora de El Pilar, patrona de la Ciudad y cuya conmemoración se realiza el 12 de octubre (también Día de la Hispanidad), dando lugar a las fiestas patronales de la capital aragonesa. Respecto a la Basílica, que se erige como el templo barroco más grande de España –reconstruido sobre uno gótico-, oculta en su interior El Pilar, una columna de jaspe en la que, según asegura la tradición, la Virgen María se habría aparecido en el año 40 al apóstol Santiago, viviendo aún ella en Jerusalén. El gran templo está articulado en tres naves de igual altura cubiertas mediante el sistema de bóveda de cañón, intercalado con bóvedas de plato, sustentadas por consistentes pilares. La nave central queda interrumpida por el altar mayor, bajo la cúpula central, donde se encuentra el Retablo Mayor de la Asunción, esculpido por Damián Foment en el siglo XVI.