Aunque a veces no prestemos toda la atención que se debe, lo cierto es que el aislamiento y acondicionamiento acústico de los inmuebles es un aspecto fundamental. “La importancia de la acústica, en sus ramas de aislamiento y acondicionamiento, radica en que dentro de las edificaciones viven personas, por lo cual hay que protegerlas contra la contaminación acústica y así lograr grados de confort adecuados para que no haya perturbaciones por las actividades domésticas, industriales, etc.”, afirma Daniel Zahonero, Business Development Manager de dBcover Solutions.
En este sentido, Mónica Herranz, Secretaria General de la Asociación de Fabricantes Españoles de Lanas Minerales Aislantes (AFELMA), indica que “si tuviese que definir ambos aspectos con dos palabras, hablaría de intimidad y confort, entendido como tranquilidad. Nada más invasivo que el ruido del exterior o procedente de otros inmuebles o elementos en nuestro espacio debido a una falta de aislamiento acústico. Y nada más avasallador que un elemento inmaterial como que el ruido entorpezca nuestras conversaciones, nos moleste y nos obligue a gritar más para oírnos, por ausencia de acondicionamiento acústico”, explica.
Igualmente, José Ángel Gamallo, Jefe de Producto de Aislamiento Acústico de Danosa, afirma que “no escuchar ruidos procedentes de la calle o de nuestros vecinos nos proporciona intimidad, por lo que contar con un aislamiento acústico acorde a la actividad que se realice es muy importante. Por otro lado, evitar la reverberación o el eco, acondicionando correctamente un recinto nos proporciona confort, estar cómodos dentro de un recinto”, especifica.
Penélope González, Responsable del Departamento Técnico de Ursa Ibérica, señala que el aislamiento y acondicionamiento acústico “es fundamental para evitar los ruidos que son la causa no sólo de ‘disconfort’ acústico en el interior, sino también de provocar enfermedades como estrés, irritabilidad, trastornos del sueño, alteraciones del ritmo cardiaco… La solución ideal sería que todas y cada una de las viviendas de un edificio estuviesen aisladas, así como su envolvente -fachada y cubiertas-, para protegernos del ruido que se genera en el exterior y en el interior del edificio. En cualquier caso, y aunque esto no sea así, con el aislamiento de nuestra vivienda conseguiremos una reducción muy importante del ruido y la consecución de otro tipo de ventajas, como ahorro de energía, confort, etc., lo que nos aportará mayor calidad de vida y confort acústico”.
Sin embargo, el ruido es todo un problema en nuestra sociedad. “El mal aislamiento acústico lo padecen un 18,3% de los ciudadanos, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), que declaran problemas de ruidos producidos por vecinos o provenientes del exterior. Hay Comunidades Autónomas con registros próximos o superiores al 30% y otras al 25%. Por otra parte, un mal acondicionamiento acústico lo padecemos en muchos restaurantes, piscinas, etc., lugares en los que el ruido rebota en las estructuras porque no están acondicionadas”, especifica Herranz.