Hospital Cardiológico Hisham A. Alsager (Al Sabah Medical Area, Kuwait) / AGI Architects

En relación a esto, el primer elemento que se consideró fue el pasillo del edificio, ya que es donde se genera la primera conexión entre el paciente, el hospital y su entorno. Además, en vez de tratar la volumetría como una construcción hospitalaria, el estudio propone un tratamiento más cercano a dotaciones socio-culturales, generando un cuerpo rotundo de piedra, marcado por dos grandes aperturas de color rojo en fachada, las cuales invitan a acceder al interior del edificio, insinuando lo que el usuario se va a encontrar una vez penetra en él. Esta piel de piedra es la que proporciona, además la protección necesaria a las duras condiciones climatológicas kuwaitíes, garantizando unos niveles altos de sostenibilidad y bajos costes de mantenimiento.

Para conseguir un diseño centralizado y de gran calidad, los arquitectos buscaron una analogía entre el esquema anatómico del corazón y su funcionamiento y el hospital. “El corazón es la cavidad central del sistema, un gran ‘atrio’ que bombea la sangre nutriendo al resto de órganos y las células que los componen”. De esta forma, el corazón está presente en el diseño del gran atrio central de triple altura al que vuelcan los espacios de espera y circulación; un espacio de color rojo, ampliamente iluminado con luz natural a través de distintos patios, que posibilita una experiencia hospitalaria desahogada, en contraste con los espacios de escala más ajustada que usualmente constituyen los edificios de esta índole. La circulación de pacientes se produce hacia y desde este espacio (fuente de luz y vida), como circulan los glóbulos rojos en la sangre, y son recibidos en las consultas y diferentes departamentos para devolveros al sistema circulatorio una vez “reoxigenados”.

Las consultas, se agrupan en tres niveles en el cuerpo Sur del edificio, y están planteadas como pequeñas células especializadas de gestión propia (gestionadas por un único doctor y su equipo), estando constituidas por dosáreas de exploración, una sala de consultas y unárea de espera propia. Cada espacio se organiza en torno a un pequeño patio que dota de iluminación y ventilación natural, a la vez que de máxima privacidad, a cada una de las zonas. Pacientes y trabajadores acceden por zonas diferentes para una mayor eficiencia en las circulaciones.

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