Desde que el diseño empezó a calar en el sector del equipamiento sanitario, la renovación de propuestas ha sido constante. Conscientes de la necesidad de ofrecer al prescriptor y al usuario nuevas alternativas, los fabricantes se esfuerzan por renovar sus catálogos e introducir referencias que incorporan ideas nuevas, frescura y elegancia, pero sin perder de vista la funcionalidad y la ergonomía. Los sanitarios tradicionales, con un estilo casi estandarizado y leves diferencias entre los modelos, han ido cediendo el paso a cuidados diseños que, en ocasiones, dan lugar a piezas singulares con personalidad propia. Líneas rectas y diseños minimalistas conviven con curvas y formas orgánicas, el blanco deja un hueco a otros colores más allá de los tradicionales tonos claros: beige, rosado…-, llegan piezas suspendidas que no precisan apoyo en el suelo…
Las empresas del sector se han dado cuenta de que los consumidores no son uno sólo, sino que hay muchos tipos distintos de usuario, con diferentes gustos y pretensiones, por lo que han tenido que trabajar en el desarrollo de catálogos que se adapten a un amplio espectro de mercado, tanto por las preferencias de estilo como por el tipo de producto al que deseen acceder. Como se explica desde Absara Industrial, “actualmente, podemos distinguir diferentes tipos de usuarios con distintas necesidades. Por un lado, existe el usuario para el cual prima la economía, debido sobre todo a la situación actual, con una menor exigencia en cuanto a diseño y funcionalidad. Por otro lado, encontramos los usuarios que demandan productos a precio razonable, con un equilibrio entre funcionalidad y diseño. En tercer lugar, están aquellos que centran su elección en la estética del producto”. Por su parte, Ricard Oleaga, Director Comercial y de Marketing de Bañacril, considera que el consumidor se interesa por “un producto funcional, versátil, a medida de sus necesidades y a un precio competitivo. Además, busca productos diferenciados y que pueda personalizar a su gusto y necesidad”