La crisis sanitaria de la COVID-19 ha hecho que la vivienda se convierta en nuestro refugio y único espacio de convivencia, trabajo, ocio y desarrollo de actividades ordinarias y extraordinarias para todos los miembros del hogar. Sin embargo, tal experiencia no está siendo igual de agradable para todos, ya que muchas de las viviendas carecen de aislamiento térmico pues son previas a la existencia de normas técnicas específicas. Por ello, la rehabilitación energética va a tomar un gran valor, dándole una gran importancia al aislamiento térmico de una vivienda para evitar la pérdida de temperatura interior, lo que reduce la necesidad de climatización extra y, por consiguiente, un mayor ahorro tanto energético como económico.
En este momento en España, según el “Informe Rehabilitación Energética en España”, elaborado por el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) y el Grupo Mutua de Propietarios, existe un parque de 25,92 millones de viviendas, de las cuales 13,64 millones son anteriores a la obligatoriedad de cumplimiento de la primera norma que estableció unos requisitos mínimos en cuanto a las condiciones térmicas de los edificios, la NBE-CT-7910. Estos edificios en la gran mayoría no contarán con ningún tipo de aislamiento térmico al no resultar preceptiva su instalación, en algunos casos ni siquiera dispondrán de una pequeña cámara de aire en la fachada…