Como principal objetivo, la accesibilidad debe crear las condiciones necesarias para que las personas con cierta incapacidad realicen las mismas actividades que pueden realizar las que no tienen dichos obstáculos. Para conseguir este propósito, surgió el término de Accesibilidad Universal, donde se determina la necesidad de contar con ciudades, edificios, espacios y servicios accesibles para toda la población, sin importar el nivel de las capacidades físicas, mentales o sensoriales del individuo, tanto si son permanentes como temporales.
Si bien es cierto que es muy difícil todavía contar con un diseño tan flexible que se ajuste a las necesidades de todos los individuos, sí que es posible suplir las carencias existentes en nuestro entorno con medidas de apoyo específicas para conseguir que toda persona pueda desarrollarse en igualdad de oportunidades. Con esto, y aceptando las limitaciones propias del diseño universal, dotar al espacio u objeto diseñado de las prestaciones adecuadas de accesibilidad requiere que el prescriptor cuente con el conocimiento de las necesidades, habilidades y carencias y método necesario para incorporar los requisitos de accesibilidad al proceso de diseño y construcción.
Así pues, la necesidad de accesibilidad se aplica a todos y no solo a los que tienen algunas capacidades diferentes. Con la Accesibilidad Universal se intenta conseguir la continuidad de rutas libres de obstáculos al interior de las edificaciones y espacios abiertos de uso público y privado.
De esta manera, y como respuesta a la búsqueda de esta accesibilidad, nace el Diseño Universal, el cual implica la combinación de elementos del espacio construido que permiten el acceso, desplazamiento y uso, sobre todo para las personas con capacidades diferentes y adultos mayores, así como el acondicionamiento del mobiliario para que se adecúen a las necesidades de las personas con distintos tipos y grados de dificultad.
En definitiva, se busca crear espacios en los que la vida social y laboral se desarrolle con la menor cantidad posible de obstáculos. Por ello, el desafío hoy es incorporar la Accesibilidad Universal desde el inicio del proyecto. Este proceso debe ser integral, y los arquitectos y diseñadores deben concebirlos como parte indispensable de todo proyecto de construcción, tanto pública como privada, y no como un agregado de último momento. Los edificios, instalaciones y mobiliario que se hayan proyectado siguiendo estos criterios, no sólo resultan más amigables y transitables para las personas con discapacidad o adultos mayores, sino también para todos los usuarios en general.
Un edificio adaptable, pasos a seguir
La eliminación de barreras arquitectónicas cada vez tiene más importancia en la conciencia colectiva. Cada día, “aumenta la cantidad de personas que pueden y desean vivir de forma autónoma hasta una avanzada edad. Para todas ellas, sólo la eliminación de los obstáculos les permitirá vivir sin la ayuda constante de otras personas. A esto se suma el tema de actualidad, ‘inclusión’, el derecho de cualquier ciudadano, – con o sin discapacidad – a poder estar en cualquier lugar, sobre todo en espacios educativos y laborales”, expone Birgit Zondler, Gerente de Geze Iberia.
Por ello, para conseguir un edificio adaptable, en opinión de Albert Vila, Director Comercial de Válida sin Barreras, se deben tener en cuenta todos los elementos propios del edificio, pero básicamente la clave está es plantear la adaptabilidad desde la perspectiva del código técnico, para que todos los elementos permitan el acceso a cualquiera de los espacios y servicios del edificio.