Dentro de los ladrillos comunes o para revestir existen dos tipologías claramente diferenciadas: los ladrillos perforados y los ladrillos huecos. Los ladrillos huecos se presentan a su vez en formato tradicional (métrico o catalán) y huecos gran formato. Trabajar con ladrillos comunes para la ejecución de tabiques divisorios supone una garantía de durabilidad y resistencia, tanto mecánica, como a impactos y cargas suspendidas. Todo ello unido a un excepcional comportamiento ante el fuego. Además permite optimizar tiempo y costes sin renunciar a un alto nivel de seguridad. Su carácter ecológico en todo su ciclo de vida útil, contribuye a construir de un modo sostenible, estableciendo un mayor compromiso con el medio ambiente por parte de la arquitectura.
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