En la génesis de este proyecto se encuentra la serie de obras ilusoriamente fragmentadas realizadas por Morph, que logran edificios livianos y dinámicos, con una impronta estética fácilmente identificable. Sin embargo, no pretende ser una repetición acomodaticia, sino la evolución de una fórmula contrastada. Los volúmenes son más contundentes que en otras obras anteriores, y el juego que ofrecen es más variado y atrevido. Asimismo, la combinación de los materiales y la contraposición de los mismos perfeccionan la tectónica del conjunto y potencian la percepción de su dinamismo. En esta ocasión, los volúmenes se han generado desde la búsqueda de los espacios más abiertos posibles y la máxima calidad en cada vivienda.
Desde un primer momento, en la realización del proyecto, la urbanización tomó un papel relevante ya que implementa elementos de geometría paramétrica combinando unidades rectilíneas que, sin embargo, forman juntas un todo orgánico atractivo y singular. Desde el inicio del proyecto ya se pudo adivinar el enorme juego que pueden dar estas piezas que conforman desde un banco a una luminaria y generar espacios estanciales, recorridos o áreas diferenciadas.
Los volúmenes se han generado desde la búsqueda de los espacios más abiertos posibles y la máxima calidad en cada vivienda. Se evitan, con la disposición elegida, los bloques con esquinas o rincones, y los espacios comunes cerrados y lineales al generar el bloque Sur segregado en dos bloques de menor tamaño con plantas bajas diáfanas.