Principales edificios modernistas de España

palau de la musica catalanaEstá claro que Modernismo y Gaudí son sinónimos, no podemos hablar de uno sin mencionar al otro, y como contrapunto Barcelona, aunque lo cierto es que se trató de un movimiento que llegó a toda España. Por ello, queremos a dar a conocer los edificios modernistas más destacados a lo largo del territorio español.

No importa dónde nos encontremos, en cualquier parte del mundo siempre nos encontraremos con alguien que conozca el nombre de este arquitecto y de este movimiento cultural de finales del siglo XIX a mediados del XX, donde nuestro país cuenta con una riqueza inigualable tanto de edificios como de pequeños rincones que, en ocasiones, pasan desapercibidos.

Seis joyas de edificios modernistas españoles

En este post vamos a recopilar seis joyas que quizás no conocías de la arquitectura modernista, dejando de lado a Antonio Gaudí, pues su genialidad merecería un post única y exclusivamente para él.

Casa Lis, Salamanca: este edificio se construyó sobre la antigua muralla de la ciudad de Salamanca y se llevó a cabo por el arquitecto Joaquín de Vargas, convirtiéndose en el único ejemplo de la arquitectura modernista de la ciudad. El principal contratiempo que tenía este proyecto, además de lo que suponía construir sobre un elemento histórico, era el desnivel existente el cual lo resolvió con una escalera que crea terrazas ajardinadas. Su punto más destacable es la fachada norte, hecha de piedra y ladrillo donde destaca su puerta de acceso y la decoración, con vidrieras artísticas en la galería del patio y la claraboya de la escalera principal.

Casa del Príncipe, Valladolid: aunque no sea modernista puro posee elementos característicos del movimiento, y su autor, el arquitecto Jerónimo Arroyo, se formó en la Escuela de Barcelona de finales del siglo XIX, por lo que respira ese aire que en ese momento empezaba a ser propio del Modernismo. Construido entre 1906-1908 se construye en torno a un patio interior, donde lo más llamativo es su fachada, especialmente la esquina donde se ubica el portal del inmueble, un torreón cilíndrico culminado en una cúpula con 5 miradores decorados, columnas, elementos vegetales…  Aunque es un poco más austero que otras construcciones de este movimiento se la considera como un ejemplo de la arquitectura burguesa de la época, y fue el inicio del modernismo castellano-leonés.

Palacio de Longoria, Madrid: podemos considerar este palacete como el mayor representante de este movimiento en la capital. De su fachada destacan elementos tradicionales como la predominancia de formas curvas, la decoración a base de motivos vegetales o mascarones femeninos en su fachada. Mientras tanto, en su interior destacan la cúpula de vidriera, lo que aporta luminosidad al torreón circular que articula las dos alas del edificio y, sobre todo la magnífica escalera de balaustrada de forja y motivos florales. En la actualidad, esta obra del arquitecto José Grases Riera, acoge la sede de la Sociedad General de Autores (SGAE) Declarado Bien de Interés Cultural en 1996, se trata de un edificio que se ha mimetizado tanto con su entorno que pocas veces nos paramos a admirar su esplendor, perdiéndonos una arquitectura que nos ayudaría a entender el concepto de modernismo fuera de Cataluña.

Edificio Telegrama del Rif, Melilla: aunque parezca mentira, Melilla es, tras Barcelona, la ciudad española con más representación de esta tipología, con cerca de 500 edificios catalogados de este movimiento. Construido por el arquitecto Enrique Nieto y Nieto, se llevó a cabo con muros de mampostería de piedra local y se distribuye en tres plantas, resultando llamativo el gran ventanal de chaflán con ménsulas, sus balconadas de hierro forjado y las bonitas ventanas con dinteles.

Palacio Consistorial, Cartagena: aunque esta ciudad cuenta con una gran colección de edificios modernistas, sin lugar a dudas, el elemento más destacado es su Palacio Consistorial. Es un edificio de planta triangular donde destaca su fachada de mármol que se estructura en tres bloques donde los laterales se rematan con cúpulas de zinc. Mientras que el central acoge el portal y termina en una gran cúpula también de zinc. En su parte interior destaca la escalera imperial de mármol blanca que está decorada por farolas doradas y rematada por una columnata de hierro forjado.

Palau de la Música Catalana, Barcelona: obra de Luís Domènech i Montaner, es una de los máximos expedientes del modernismo catalán. Su exterior, realizado en ladrillo y piedra, destaca por sus figuras ornamentales, especialmente el grupo escultórico “La canción popular catalana”. En su interior destacan los vitales y azulejos que aportan color y luminosidad. Una auténtica joya arquitectónica que destaca por sus maravillosos elementos decorativos.

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