La envolvente en un sentido amplio es una tensión de amplitud variable que posibilita el control o delimitación de los espacios, y constituye una de las herramientas generadoras de la forma.
La incesante evolución técnica y estética de la piel del edificio ha sido promovida, por un lado, por la búsqueda de singularidad expresiva, y por otro, por la necesidad de dar respuesta a requerimientos de índole funcional.
Durante los últimos años, ha sido rescatada la obra del herrero artístico, constructor e industrial francés Jean Prouvé. Éste visionario es hoy conceptuado como el pionero de las fachadas desmontables y de la arquitectura tecnológica.
En el entorno de la École de Nancy, un baluarte del Art Nouveau instala su propio taller, se transforma en especialista en el campo del trabajo con chapa de metal, colaborando con los arquitectos más innovadores de la época.
Después de haber conseguido entrar en el círculo más estrecho de la avantgarde de la arquitectura gracias a un encargo de Robert Mallet Stevens, construye, entre 1935 y 1939, con Eugène Beaudouin y Marcel Lods cerca de París sus primeras obras maestras funcionales y técnicas: el Club de Aviación Roland Garros en Buc y la Mâison du Peuple en Clichy.
Los objetos creados individualmente con chapas ya refl ejan el carácter de sus futuros trabajos: objetos técnicos para la producción mecánica que han sido pensados y fabricados con exactitud, sin ocultar nada y destacando por su propia construcción como elemento determinante de creación.