Acústica Arquitectónica

La contaminación acústica es uno de los principales problemas de los que se quejan los españoles con relación a su vivienda. Según los datos de la Encuesta Nacional de Salud 2011-2012 del Instituto Nacional de Estadística (INE), un 10,6% de los encuestados manifestó estar muy afectado por ruidos del exterior, mientras que 19,9% reconoció tener algunos problemas de ruidos. Y si atendemos a los datos por comunidades, la situación es más delicada en Madrid (14,7% muy molesto y 22,7% algo molesto), Extremadura (14,3% y 23%), Canarias (14,3% y 22,7% ), Valencia (12,4% y 19,6%), Cataluña (12% y 23,8%), Andalucía (11,9% y 21,9% ) y Aragón (10,7% y 27,4%). Además, según en el módulo de condiciones de la vivienda de la Encuestas de Condiciones de Vida del INE para 2012, un 14,6% de los hogares españoles se queja del ruido de la calle o producido por los vecinos. Esta situación se agrava en los municipios de tamaño mediano o grande. Así, en los núcleos urbanos de más de 50.000 a 100.000 habitantes, el porcentaje de hogares que se queja de la contaminación acústica alcanza el 18,2%, mientras que en las ciudades de 100.000 a 500.000 habitantes llega al 18,7%, y en las de más de 500.000 habitantes se sitúa en el 18%.
Además, el Eurobarómetro sobre ‘Calidad de vida en las ciudades europeas’, publicado en octubre de 2013 a partir de los datos de 83 ciudades europeas, el 67% de los habitantes de Madrid y Barcelona consideran que el nivel de ruido es particularmente alto. Este porcentaje sólo es superado por Estambul (68%) y Bucarest (72%).
Estas cifras muestran dos evidencias. En primer lugar, queda patente que en España tenemos unos hábitos muy ruidosos. Por otro lado, está claro que hay mucho trabajo en cuanto al aislamiento acústico de los inmuebles. Y el otro gran campo de actuación de la acústica es el acondicionamiento, en el que también hay mucho terreno para avanzar.
Calidad de vida y confort
Como explica Nicolás Bermejo, Responsable del Departamento Técnico y Prescripción de Isover Saint-Gobain Cristalería, “en todo el mundo, el nivel general de ruido es alarmantemente alto. Vivimos en una sociedad ruidosa, debido, fundamentalmente, al entorno tecnológico en el que nos desarrollamos. Es bien conocido el hecho de que la contaminación acústica no sólo hace que sea más difícil relajarse, sino que origina estrés y constituye una amenaza real para nuestra salud. La exigencia de calidad en las viviendas constituye una demanda social. El acelerado cambio climático, el irreversible encarecimiento de las energías y las demandas de un mayor confort acústico en los espacios habitables, obligan a revisar la actividad de todos los colectivos y agentes sociales implicados en la edificación. En este contexto, la actividad arquitectónica y urbanística deberá sustentarse en principios básicos como la calidad, el ahorro energético, el confort acústico de los usuarios y la optimización de los recursos utilizados”.

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