Desafortunadamente, el ruido está en nuestras vidas. Según los datos recopilados por el INE, cerca de un 35% de la población española considera que el ruido procedente del exterior de sus viviendas supone algunos o muchos problemas. Asimismo, como apunta Mónica Herranz, Secretaria General de la Asociación de Fabricantes de Lanas Minerales (AFELMA), “según el INE, un 26% de los hogares españoles señala el ruido exterior y el de los vecinos como el principal problema al que se enfrentan, un porcentaje mayor que el de la delincuencia u otros problemas a los que se concede mayor relevancia mediática. Es decir, unos 12 millones de personas sufren las consecuencias del ruido en su vivienda. En algunas comunidades autónomas como Madrid, Valencia y Canarias el porcentaje se eleva al 30%”. Como explica Juan Frías, Secretario de la Asociación Española Contra la Contaminación por el Ruido (AECOR), “tenemos que partir de la base de que el ruido es un agente contaminante causante de efectos negativos e incluso patológicos en el ser humano, desde los trastornos del sueño, la falta de concentración o la falta de intimidad, que pueden derivar de un ruido excesivo en el interior de la vivienda provocado por deficiencias en el aislamiento acústico, hasta sordera en lugares con alta exposición sonora continuada en el entorno laboral. Por este motivo, es tan importante el aislamiento acústico, tanto en el ámbito de la edificación como en el laboral o en el medio ambiente, entendido como método de control de ruido, de los daños que produce y como garantía del descanso y la calidad de vida”.
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