Si nos preguntamos qué aporta el asilamiento térmico a la construcción, en opinión de Penélope González, Directora del Departamento Técnico de Ursa Ibérica Aislantes, éste es «la base para realizar una edificación sostenible, tanto en obra nueva como en rehabilitación; es el material que impide que la energía que se crea en el interior del edificio para climatizarlo (bien sea calefacción o refrigeración), se escape a través de la envolvente. Es la forma de crear confort térmico en el interior haciendo que el edificio ahorre energía». Con el aislamiento térmico, continúa «evitamos también patologías que pueden ser peligrosas para la salud, como las condensaciones superficiales que pueden provocar moho y, por tanto, enfermedades para los usuarios». Para Carlos Rodero Antúnez, Director Técnico & Desarrollo de Actividad de Aislamiento de Saint-Gobain Cristalería, «el aislamiento térmico aporta una barrera a la transferencia del calor. Es un ‘abrigo’ que, bien colocado, evita las pérdidas de calor en invierno y las ganancias en verano». En su opinión, el aislamiento térmico permite entonces «reducir drásticamente la demanda de energía, haciendo al edificio más eficiente y sostenible, dado que la mejor energía es la que no se consume».
En este sentido, Eva Dávila, Responsable de Marketing para España y Portugal de Knauf Insulation especifica que «una vivienda mal aislada necesita más energía para la climatización: en invierno se enfría más rápido y puede tener condensaciones en el interior, y en verano se calienta más y en menos tiempo. Como consecuencia, el nivel de eficiencia energética en dicha vivienda es muy bajo, lo que implica que aumente el consumo energético y las emisiones de CO2, sin lograr confort térmico». Por su parte, Gemma Gasa, Director Técnico de Ediltec Aislamientos, centra el foco de atención precisamente en el consumo de energía de la edificación en España y apunta que «como media, podemos decir que en España un edificio consume un 40% de la energía total, siendo la calefacción y el aire acondicionado una parte importante del consumo de éstos. Es sabido por todos que el consumo energético de las viviendas aumenta debido a las grandes pérdidas energéticas que se producen a través de los cerramientos opacos. El asilamiento térmico permite reducir las pérdidas energéticas y, por tanto, los gastos derivados de la calefacción y aire acondicionado. En definitiva, el uso de aislamiento térmico en edificación conlleva un ahorro energético y, en consecuencia, un ahorro económico para el usuario».
Amplio abanico de productos
Por tanto, teniendo presente la importancia y necesidad del aislamiento térmico en la edificación, concretemos cuáles son las partes del edificio sobre las que se debe actuar para conseguir este objetivo. Y estas son aquéllas que forman parte de la envolvente del edificio, es decir, muros exteriores, suelos y cubiertas. Pero no existe un producto genérico para actuar sobre estas las partes del edificio descritas, sino que, en función de las características de cada una de ellas deberá aplicarse un producto u otro. De hecho, Eva Dávila especifica que «los aislantes térmicos, en general, no tienen una única aplicación, puesto que pueden instalarse en diferentes partes del edificio, aunque es evidente que las propiedades térmicas, mecánicas e higrométricas propias de cada uno de ellos confieren al material la característica de ser más apropiado para una aplicación que otro material».