Como estamos viendo, la demanda del mercado y las novedades normativas están haciendo que cada vez dispongamos de más y mejores soluciones de aislamiento acústico o térmico. Además, en algunos casos ambas prestaciones van de la mano en los mismos productos. En este trabajo nos centramos en exclusiva en el aislamiento térmico y los sistemas existentes, que se pueden definir como aquellos productos empleados para eliminar o reducir al máximo las pérdidas por transmisión de calor a través de los cerramientos y las condensaciones, de manera que permiten disminuir el consumo de energía. De esta manera, estas soluciones van más allá de la simple comodidad de los usuarios de la edificación, que ya es bastante, puesto que un adecuado acondicionamiento térmico va a permitir lograr no sólo confort, sino también el ahorro de energía e incluso formar parte de un sistema de prevención de incendios. Como explica Romain Desbordes, Product Manager de Rockwool Peninsular, “los aislantes térmicos están caracterizados por sus altas resistencias térmicas y son la solución más eficaz para lograr el ahorro energético y la sostenibilidad de los edificios”.
Y es que, como indica Yago Massó, secretario técnico de la Asociación Nacional de Fabricantes de Materiales Aislantes (ANDIMAT), cada vez estamos yendo más en esta dirección. “Tanto el CTE como la Certificación Energética de Edificios componen lo que se ha dado en llamar ‘Energética Edificatoria’, cuyo objetivo es aumentar los estándares de calidad y de ahorro de energía en los edificios. En ese sentido, el aislamiento térmico es una medida imbatible por sus propiedades de ahorro de energía y disminución de emisiones de CO2, además de ser la medida más eficaz, barata y sencilla de aplicar”.