«Sin actualización eléctrica no hay rehabilitación efectiva». Esta afirmación es un hecho a tener en cuenta en un momento en el que, desde el Gobierno, hay un objetivo claro de multiplicar por diez las rehabilitaciones en los edificios y viviendas, para superar las 300.000 anuales. Además, se está poniendo a disposición de la ciudadanía y de la propiedad instrumentos financieros y fiscales para impulsarlas. Si a estos incentivos se les añade el ahorro resultante de la mejora en la eficiencia energética, en un momento en que la factura de la electricidad parece no tener techo, resulta evidente que ahora es el momento de rehabilitar, y de hacerlo bien.
España está en el vagón de cola europeo en rehabilitaciones. Tradicionalmente, la instalación eléctrica ha sido la víctima fácil del presupuesto de cualquier reforma. No se ve, pero es esencial para un hogar y, en el futuro, no disponer de una instalación eléctrica actualizada en una vivienda supondrá la condena a un envejecimiento prematuro y a una rápida obsolescencia de la actuación rehabilitadora. Y es que la instalación eléctrica es la columna vertebral de la descarbonización y la transición energética en los edificios y hogares de una sociedad que se está transformando rápidamente hacia un horizonte 100% eléctrico.
En España, más de 13 millones de viviendas cuentan con una instalación eléctrica deficiente, más de la mitad de las existentes. Por ello, es esencial que, ante cualquier proyecto de rehabilitación, se incorpore el diagnóstico y, en caso de ser necesaria, la actualización de la instalación eléctrica. Sólo así, el inmueble estará preparado para incorporar las soluciones tales como el autoconsumo, almacenamiento, aerotermia, ventilación, vehículo eléctrico, iluminación, automatización y control; así como las innovaciones en telecomunicaciones y digitalización que permitirán incrementar su eficiencia.
Mediante la acción rehabilitacionelectrica.com diferentes entidades referentes en los sectores de la fabricación, distribución, e instalación y reciclado de los residuos de material eléctrico nos hemos unido para sensibilizar sobre la oportunidad de la actualización eléctrica en la rehabilitación de viviendas y edificios, y sobre los riesgos de no hacerlo.
Aprovechar esta oportunidad única para alcanzar un nivel de rehabilitación similar al de los países más avanzados de Europa, con un impacto decisivo en la reducción de emisiones y del consumo energético, es una responsabilidad compartida. Por un lado, por los colectivos que promovemos esta iniciativa, pero, por otro, el más importante, por los profesionales del mundo de la arquitectura debido a la relación de confianza derivada de su conocimiento experto y su capacidad para prescribir la necesaria actualización de la instalación eléctrica, incluyéndola en cualquier proyecto de rehabilitación que lo requiera y evitando, entre otras cuestiones, la obsolescencia prematura de ese inmueble.
Otro colectivo con una capacidad prescriptora con el que compartimos esta responsabilidad son los administradores de fincas. Son los interlocutores directos de los propietarios para decirles que son los máximos beneficiarios de una actualización eléctrica, con la que revalorizarán la propiedad en un momento en el que todo son ventajas, dispondrán de un inmueble preparado y evitarán futuras restricciones a su uso. Sin duda alguna, cada uno de ellos son una pieza fundamental de este engranaje que a todos nos atañe.
No es que el futuro vaya a ser eléctrico, es que el presente ya lo es. Es por esto que nos preguntamos, tras una rehabilitación, ¿quién querría estrenar una casa del pasado?
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