Gracias a la constante innovación de los fabricantes en seguridad y tecnología, el tiempo estimado que el usuario espera a un ascensor no debería pasar (con la instalación de un aparato moderno) de un tiempo medio de espera del aparato de más de 20 segundos. Por ello, tanto el arquitecto como el personal de la marca fabricante del aparato, deben estudiar detenidamente el flujo de personas, la densidad demográfica del edificio, de cada piso, para instalar, no sólo el ascensor ideal, sino su tecnología en cuanto a velocidad, paradas y puertas que necesitará para abarcar el tráfico de gente en función de su destino habitual. Los ascensores seleccionados e instalados deberán ser capaces de absorber la demanda de sus usuarios, con bajos costos en tiempo y minimizando los efectos sobre la arquitectura, el espacio y la ubicación en el edificio. Si la planificación se realiza correctamente, se puede conseguir una distribución óptima del espacio que ocuparán los aparatos, un mejor acceso y movimiento de las personas (y mercancías en el caso de montacargas) durante el transporte vertical, una cantidad ideal de aparatos que suponen un ahorro en coste para el comprador de los mismos, e inmersos en la idea de sostenibilidad, la elección apropiada puede ahorrar también en consumo energético por velocidad, tamaño, potencia y capacidad del aparato.
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