Biblioteca Joan Maragall, Sant Gervasi, Barcelona / BCQ Arquitectura Barcelona

La nueva Biblioteca Joan Maragall, realizada por el estudio BCQ arquitectura barcelona, se inserta bajo el jardín de la Villa Florida, a la sombra de susárboles. El edificio no se reconoce de manera evidente, no hay edificio, sólo volumetrías contundentes que traen a la memoria el antiguo muro descompuesto.

Una de las decisiones principales fue construir el nuevo edificio debajo del antiguo jardín existente, no ocupando parte de este espacio. Así pues, el estudio presentó el proyecto con el lema “Jardín de Luz”, resumiendo, con estas dos palabras, las ideas principales del proyecto: mantener y mejorar el jardín existente, y al mismo tiempo, conseguir unos espacios alegres y bien iluminados.

El edificio se relaciona, especialmente con la calle Sant Gervasi de Cassoles. El desnivel entre el jardín y esta calle permiten el acceso al nuevo equipamiento de manera natural.

Por otro lado, la cubierta ajardinada quedará al mismo nivel que el antiguo jardín, de manera que la construcción del nuevo equipamiento significará la recuperación del jardín del centro cívico en su máxima dimensión, donde la Villa Florida será siempre el edificio que presidirá el conjunto.

Uno de los elementos más identificativos de esta villa es el muro de contención de tierras que rodea la finca y que salva el desnivel entre el jardín y las calles. La fuerte presencia de este muro, sobre todo en la calle Sant Gervasi de Cassoles, se convirtió en uno de los rasgos a tener en cuenta. Así pues, el nuevo planeamiento ensancha la calle, lo que permite poner en valor la nueva configuración muraria. En el proyecto se planteaba la voluntad de mantener la materialidad del muro construido, por lo tanto se plantea un acabado enfoscado y pintado en un tono similar al ya existente.

Pero, como indican desde el estudio, “una biblioteca sin luz natural es una biblioteca sin vida”. Por lo que a pesar de construir bajo rasante, y a la vez mantener la imagen muraria del antiguo jardín, surge la necesidad de crear, de forma alternada varios patios, como si de pozos de luz se trataran.

Así pues, el edificio se conforma mediante los «patios de luz y silencio» y los «patios de libros y conocimiento». Los primeros, rodeados de vidrio, iluminan y ventilan el interior al tiempo que aíslan la biblioteca de la calle. Los segundos, prismas sólidos llenos de libros, forman parte de la estructura portante de la biblioteca.

Las aberturas acristaladas de estos patios se entienden como parte del perímetro volumétrico, no como aberturas puntuales o ventanas, sino como

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