Día Europeo del Gas Radón: Claves para prevenir riesgos en salud

El 7 de noviembre de cada año se conmemora el Día Europeo del Gas Radón, una fecha dedicada a aumentar la conciencia sobre los riesgos asociados con este gas radiactivo natural y promover medidas de prevención y control. El gas radón, generado por la desintegración del uranio en la corteza terrestre, es inodoro e incoloro, lo que lo convierte en un riesgo invisible para la salud. Aunque es un gas que se libera desde el suelo y las rocas, puede acumularse en espacios cerrados como viviendas, oficinas y lugares de trabajo, donde representa un peligro significativo, especialmente para los no fumadores.

El objetivo de este día es sensibilizar a la población europea sobre los peligros del radón, promoviendo la medición y la mitigación de este riesgo en hogares y edificios. Se trata de un gas que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda causa más común de cáncer de pulmón después del tabaquismo. En Europa, y especialmente en áreas del norte y este del continente, el Día Europeo del Gas Radón busca impulsar acciones concretas para reducir la exposición a este riesgo.

El radón: Causante de miles de muertes al año

El gas radón es responsable de una proporción significativa de los casos de cáncer de pulmón. En España, se estima que causa alrededor de 1.500 muertes anuales, representando el 4% de los cánceres pulmonares, una cifra que asciende al 7% en algunas regiones, como Galicia y Extremadura. Su peligro radica en que la inhalación prolongada de sus partículas radiactivas puede causar mutaciones celulares en los pulmones, lo que aumenta el riesgo de desarrollar cáncer.

En este contexto, la medición de los niveles de radón en los hogares y lugares de trabajo se convierte en una acción fundamental para garantizar la salud pública. Para ello, es necesario contar con herramientas de diagnóstico precisas que permitan identificar las zonas de riesgo y adoptar medidas correctivas.

Medición y prevención: Las claves para combatir el radón

Desde 2019, el Código Técnico de la Edificación (CTE) en España establece que las nuevas construcciones deben incorporar medidas de protección contra el radón. No obstante, empresas como Molins, líder en soluciones para la construcción, subrayan la importancia de realizar mediciones adicionales, incluso en edificios construidos tras la actualización del CTE, para asegurar que los niveles de radón no superen los límites establecidos por los organismos internacionales.

A partir de junio de 2024, será obligatorio realizar mediciones de radón en lugares de trabajo situados en plantas bajas o bajo rasante, donde las concentraciones pueden ser hasta tres veces mayores que en otros espacios. Esta nueva normativa también se extenderá a centros educativos, edificios culturales y otros espacios públicos, que son considerados zonas de riesgo debido a la mayor presencia de personas.

Soluciones innovadoras para la protección contra el radón

Molins no solo se dedica a la medición de radón, sino que también ofrece soluciones técnicas para evitar su acumulación en viviendas y lugares de trabajo. Entre las alternativas más innovadoras se encuentran las membranas líquidas cementosas, una tecnología avanzada que se aplica sobre superficies de cemento, hormigón y albañilería, sellando grietas y juntas para prevenir la filtración del gas radón. Estas soluciones cumplen con los requisitos establecidos por el CTE y son fundamentales para garantizar una protección duradera y efectiva.

Además de las membranas, la empresa proporciona sistemas de aislamiento e impermeabilización que actúan como barreras eficaces para impedir la entrada del radón desde el suelo, protegiendo tanto la salud de los habitantes como la integridad estructural de los edificios.

La medición de radón, prioridad para la salud pública

El Día Europeo del Gas Radón destaca la necesidad urgente de realizar mediciones de radón en todos los espacios cerrados, especialmente en aquellos con mayor vulnerabilidad. En algunos países europeos, ya existen políticas públicas que facilitan el acceso a estas mediciones, y es importante que España siga el ejemplo para mejorar la salud pública. Las mediciones deben realizarse siempre a través de entidades acreditadas, garantizando así su fiabilidad y precisión.

En resumen, la medición y el control del gas radón son acciones esenciales para la protección de la salud en el ámbito doméstico y laboral. Las soluciones innovadoras y la prevención adecuada son la clave para reducir el riesgo asociado con este gas radiactivo, un riesgo que, aunque invisible, puede tener consecuencias devastadoras si no se toman las precauciones necesarias.

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