The KUBE, diseñado por DNA Barcelona, es un conjunto de edificios que no pasarán desapercibidos en la ciudad de Tarragona. Con su juego de volúmenes y una torre de 19 plantas que se alza imponente, este proyecto arquitectónico no deja de sorprender.
El estudio DNA Barcelona, con Aryanour Djalali al frente, ha diseñado estas viviendas como las células de un organismo; todas delimitadas y bien definidas, pero, al mismo tiempo, integradas y coherentes con el conjunto.
Este innovador proyecto consta de tres edificios que contienen un total de 311 viviendas. Pero lo que hace que esta obra arquitectónica llame la atención son las terrazas y los ventanales con forma de cubo, en la fachada. Con su ingeniosa disposición de huecos y voladizos, se logra un efecto visual inconfundible.
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ToggleDNA Barcelona apuesta por dar un ritmo vertical y acabado oscuro
Cuando la dirección facultativa se puso en contacto con ULMA, planteó una premisa muy clara, buscaban dotar a la fachada de ritmo vertical en torno a los volúmenes, y a las dimensiones de los edificios.
Dentro de la gama de acabados que ofrece Stoneo, existe una textura en forma de minionda. Estas ondas están disponibles en distintas orientaciones: vertical, horizontal o diagonal. La elección de la disposición de las ondas por parte de los estudios de arquitectura, viene dada en función del efecto que quieran conseguir. En este caso, con la clara premisa del ritmo vertical, la elección de la orientación ha sido clara.
Como se puede apreciar en la imagen, se ve que el perímetro que cubre la ventana, está recubierto con la textura AGUA, con la minionda en vertical, en acabado oscuro.
Complejidad artesanal y a medida
Cada uno de los cubos que recubren las ventanas tiene medidas diferentes e irregulares, lo que ha supuesto un trabajo minucioso y preciso por parte del equipo técnico y de instalación de ULMA.
Otro punto importante que ha añadido dificultad a la ejecución, es la combinación de dos sistemas constructivos en el mismo proyecto.
Por un lado están los casi 3.000 m2 de placas de Stoneo, que encuadran las ventanas con fachada ventilada y por otro, el sistema SATE utilizado en el resto de paramentos de los edificios.
Si algo sabemos del sector de la construcción, es la importancia de los plazos de entrega. En este caso, pese a la dificultad que presentaba el proyecto, se ha llevado a cabo en los plazos definidos. Y podemos decir que todas las partes implicadas han quedado gratamente satisfechas.
En conclusión, The Kube es una obra arquitectónica que combina creatividad, experiencia técnica y pasión para crear un espacio que destaca en el horizonte de la ciudad. Su uso de texturas, volúmenes y formas es un testimonio del talento y la visión de sus diseñadores y un reto conseguido por parte del asesoramiento y ejecución de ULMA.
“La arquitectura es una forma de transmitir creatividad, un modo de interpretar la pasión, la fusión entre técnica y arte”. Aryanour Djalali, arquitecto.