Decía Arthur Schopenhauer que “la arquitectura es una música congelada”. ¿Se diseña la música o se compone la arquitectura? ¿Cómo es la relación entre música y arquitectura para usted?
Es una intensa relación personal y profesional. En lo personal por que al final buscamos el trabajo en aquello que más nos gusta, nos interesa, y por lo tanto mi carrera se ha ido dirigiendo profesionalmente a estos equipamientos que sirven a la cultura y a la música en particular.
Algunos de sus proyectos están construidos mediante piezas colosales de hormigón armado, de piedra, etc. ¿Es más fácil trabajar a gran escala? ¿Cómo se ha de interpretar?
Todo es muy relativo. La utilización de grandes piezas, si se tienen las herramientas adecuadas no es más complejo que otros sistemas constructivos. La interpretación de esto es el resultado de la necesidad de buscar un espacio concreto y unos intereses que se resuelven arquitectónicamente con el uso de estos sistemas constructivos.