¿Se podría decir que siempre ha sido más de soluciones técnicas que de apuestas estéticas imposibles, a diferencia de la corriente de diseño catalana de las últimas décadas?
Creo que he intentado hacer una arquitectura más personal, más creativa, una arquitectura atenta al contexto técnico, social y cultural en el que se inserta. Me parece por otra parte que la arquitectura que se ha hecho en Cataluña hasta una fecha que, por comodidad, podríamos aceptar que es el año 92, aunque con acentos diversos, comparte en general estos rasgos que abreviaríamos como de cierto realismo y marcada atención a los contextos. Serían más bien los noventa y estos últimos años los que habrían visto aparecer modas supuestamente “globales”.
Hay muchos arquitectos “que aportan mucho pero son poco mediáticos”, y viceversa. ¿Cree que el boom de la arquitectura irá cediendo para apostar por aquellos más interesados en la técnica?
Paradójicamente, suelen ser los arquitectos que comúnmente son considerados mediáticos los que puede que hagan una exhibición de aspectos o novedades técnicas que a mi entender desatienden a veces el carácter instrumental de la propia técnica cuando se convierten en un fin en sí misma, o en vehículo de pura espectacularidad formal.