En las últimas décadas, la fachada de vidrio se ha ido convirtiendo en el estándar en las grandes construcciones. Prácticamente es inconcebible un edificio de oficinas o un aeropuerto, por ejemplo, que no incorporen un muro cortina. El aspecto diferencial de las fachadas de vidrio es, sin duda, la liberación de la luz que aportan. «Las fachadas ligeras destacan por su capacidad para alentar la entrada de luz natural, proporcionando gran luminosidad en las estancias», declara David del Álamo, Director de la división de I+D+i en Fachadas Ligeras de Cortizo. Igualmente, desde Schüco Iberia se indica que «la elección de una solución de fachada ligera vidriada aporta, además de una gran reducción de cargas estructurales, un elemento tan importante como es la luz». Pero no se trata sólo de eso, sino que estos sistemas constructivos aportan otras muchas cualidades. Industrialización y rapidez. «Las envolventes acristaladas ofrecen la posibilidad de crear un cerramiento ligero, realizado en construcción seca y que permite la fabricación de fachadas semi o plenamente industrializadas», indica Álex Peral, Director Técnico de Reynaers Aluminium España. Por ello, «también supone un sistema rápido de fabricaciónde cerramientos, gracias a trabajar con elementos industrializados relativamente grandes que permiten una instalación rápida en fachada», puntualiza. Versatilidad y adaptación. Peral remarca que la envolvente de vidrio «supone una solución global para la fachada que, a su vez, permite la resolución de cualquiera de las formas del edificio. En ocasiones, incluso se puede adaptar la misma solución para resolver una cubierta permitiendo una estética uniforme, disponiendo de la misma solución para toda la envolvente». Asimismo, el responsable de Cortizo señala que «su rapidez de montaje y puesta en obra, unido a su reducido peso, convierten a este producto en idóneo para conformar la envolvente arquitectónica de las edificaciones de gran altura, edificios de oficinas y, en general, todo tipo de espacios públicos».
