«Hay cuellos de botella en la canalización y ejecución de los fondos europeos para obras de rehabilitación energética»

Innovación y sostenibilidad para encarar la descarbonización, mientras el sector trabaja estrechamente con las autoridades para inculcar en la población una cultura de la rehabilitación. Ese podría ser un extracto de la interesante charla mantenida con Celia Pérez, Managing Director en Molins Construction Solutions, un nuevo branding de marca que encierra un propósito firme como compañía.

“En Molins hemos sido pioneros en el sector de la construcción, no sólo en cuanto a productos y sistemas sino también en la implementación de prácticas empresariales responsables”, subraya Pérez, que asegura que la compañía no sólo busca soluciones para la construcción, sino que también desarrolla “propuestas para el desarrollo social y  la mejora de la calidad de vida de las personas a futuro y del planeta”.

En un contexto de escasez de vivienda y de caída de los visados de rehabilitación, Celia Pérez apuesta por incrementar la oferta. Y es que para esta ejecutiva los problemas de vivienda pueden lastrar la economía y el empleo, además de entorpecer la movilidad laboral de muchos trabajadores al impedirles alquilar o comprar un piso en las zonas con más demanda de trabajo.

Ingeniera Técnica Industrial por la Universidad de Vigo, Máster en Diseño y Cálculo de Estructuras por la Universidad de A Coruña, Celia Pérez Rodríguez ha realizado el PADE del IESE y diversos programas de Gestión y Dirección de Empresas y de Dirección de Ventas en IESIDE y ESIC. En 2018 se convirtió en Directora General de Propamsa. Anteriormente desarrolló su actividad profesional como Directora Comercial en el negocio del prefabricado dentro de Molins.

¿Cúal es el motivo del rebranding de Propamsa a Molins Construction Solutions?

Era un cambio indispensable para reforzar nuestro posicionamiento como empresa global de soluciones para la construcción en el mercado. Nuestra nueva identidad simboliza nuestra evolución y nuestro compromiso con la sociedad y el entorno. Con una imagen más contemporánea y renovada, podemos transmitir de forma consciente y cohesionada nuestros valores empresariales y nuestra oferta integral de soluciones para la construcción.

¿Qué impacto ha tenido en el mercado el cambio de nombre de Propamsa después de tantos años?

Aunque todavía es pronto, ya hemos percibido como nuestra marca ha ganado relevancia en el mercado. Al estar bajo una única marca, MOLINS, nos posiciona de manera más firme y más reconocible. Estamos hablando de que MOLINS es una compañía muy fuerte que cotiza en la  Bolsa  de Barcelona con un plan de crecimiento y propósito muy bien definidos.

¿Cuál es ese propósito específico?

Nuestro compromiso está en dos flancos: con las personas a través de soluciones que promueven el desarrollo social y elevan su calidad de vida, y con el planeta, avanzando con paso firme hacia la descarbonización, innovando contra las emisiones de gases de efecto invernadero.

Cambiando de tercio, ¿cuál es el diagnóstico de la vivienda en España?

En una década, el 83% de las viviendas no cumplirán con los requisitos mínimos en materia de eficiencia energética. Para 2024 la patronal de distribución profesional de materiales para la edificación y rehabilitación, Andimac, calcula que se reformarán 1,8 millones de viviendas, sólo un 1% más que en 2023. Peor todavía le va a ir a los visados: en 2024 va a producirse una caída de los visados de rehabilitación del 8,5% -similar al de 2023.

Hablamos, por tanto, de un envejecimiento acelerado.

Agravado además por el hecho de que en España sólo se inician la mitad de las viviendas que los hogares que se constituyen: en el último trienio se han creado 805.256 hogares frente a las 403.230 viviendas construidas, lo que refleja la edad envejecida del parque.

¿Qué hacer?

Debemos unir a los actores públicos y privados para promover una cultura de la rehabilitación y la reforma entre las familias y las pequeñas comunidades de propietarios, en un contexto favorable gracias a las ayudas comunitarias, los fondos NextGeneration.

¿Qué acciones?

Por ejemplo, potenciar la figura del agente rehabilitador del canal profesional o impulsar la elaboración de los Libros del Edificio, un documento técnico que incluye un diagnóstico de cada bloque de viviendas y un plan de actuaciones que ayudará a los propietarios a garantizar el buen estado del edificio para las próximas décadas.

Cultura de la rehabilitación energética

Si el envejecimiento es tan grave, ¿por qué no existe en España una cultura de la rehabilitación?

Porque hay desconocimiento y falta de información sobre lo que puede mejorar la calidad de vida de una persona dentro del hogar y el ahorro en la factura de los hogares. Ahora tenemos una oportunidad de oro para impulsar esa cultura, gracias a los fondos europeos, pero por desgracia vemos cuellos de botella en su canalización y ejecución, especialmente en las partidas destinadas a eficiencia energética y rehabilitación. Ambas son dos pilares esenciales del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia en España. Las previsiones no se están cumpliendo y el Gobierno las ha ido rebajando.

Además está el drama del acceso a la vivienda

Creo que hoy nadie duda de la necesidad de aumentar la oferta para hacer frente a la escasez, fundamentalmente en las zonas más tensionadas. La patronal de la construcción, CNC, cifra esta necesidad en 150.000 viviendas nuevas anuales. Estamos en esa línea. Por eso he hablado antes de cooperación con las autoridades para conseguir incrementar dicha oferta, de sumar esfuerzos, de reforzar la colaboración público-privada y la productividad y competitividad de cada empresa del sector en la búsqueda de soluciones urgentes. Y a todo ello hay que sumar un problema de primera magnitud: la falta de trabajadores.

Explíquese.

Sí, por paradójico que pueda resultar, el sector de la construcción sufre una alarmante falta de mano de obra. En parte se debe a la imagen distorsionada que hemos heredado de la crisis financiera de 2008. Y digo que resulta paradójico porque el sector se ha transformado casi por completo gracias a su apuesta por la digitalización y la sostenibilidad. Entre todos debemos prestigiar su imagen y crear un orgullo de pertenencia a un sector del que depende la modernización de España.

¿Está preparado el sector para asumir semejante reto?

Nos estamos preparando, sin duda. Pero es cierto que tenemos que reforzar la apuesta por la formación y cualificación de nuestros trabajadores. Las empresas deberíamos esforzarnos por formar a nuestros talentos. A veces no es tanto cuestión de captar como de formar trabajadores en las capacidades y habilidades que requerimos para satisfacer nuestras necesidades, cada vez más relacionadas con los dos transiciones transversales en torno a los que convendría girar toda estrategia de negocio: la digital y la ecológica.

¿Cómo marchan las emisiones en el sector?

Las emisiones de gases de efecto invernadero del sector de la construcción en la UE han vuelto a niveles de 2016, con 50,3 millones de toneladas emitidas en 2023, según Eurostat. Este descenso, del 1,8% respecto a 2022 y del 6,8% respecto a 2021, se produjo a pesar de un leve aumento en la actividad de la construcción en la UE y la eurozona. Tenemos que seguir trabajando.

¿Qué propone su empresa?

Molins planea alcanzar el objetivo de cero emisiones para  2050. ¿Cómo? A través de la sostenibilidad y el I+D, especialmente en la fabricación de cemento. Igualmente habrá que expandir el catálogo de hormigones sostenibles, morteros especiales, sistemas de aislamiento térmico de edificios y prácticas de economía circular.

¿El lanzamiento de Susterra sigue estas directrices?

Sí. Susterra es un ejemplo más de nuestro compromiso a 2050. Susterra es una gama de productos con atributos sostenibles, dichos atributos, a día de hoy están identificados por su impacto en: economía circular, descarbonización y salud y bienestar. La idea es que vayamos incrementando el portfolio de productos dentro de esta gama.

También trabajamos en hormigones con reducciones de emisiones superiores al 25%, morteros con más de un 2,5% de materia prima reciclada y el uso de materiales y combustibles de origen 100% reciclado.

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