El Castell de Raymat, en Lleida recibe una nueva vida con la neutralidad como herramienta principal del proyecto de Francesc Rifé Studio. Con el uso de materiales simples y propios de nuestros tiempos, se ha completado la primera fase de rehabilitación de esta propiedad del siglo XII para transformarla en un lugar donde acoger eventos en 400 m2, además de en un retiro para sus propietarios.
Las claves del proyecto de Francesc Rifé Studio
Para mejorar la narrativa del lugar y hacer de él un emplazamiento vivo y contemporáneo, el nuevo diseño ideado por Francesc Rifé Studio, se ha centrado en la reconversión de las diferentes áreas del exterior en espacios fáciles de leer y polivalentes. Por un lado, y aprovechando un llano a los pies del castillo, se ha creado una nueva zona de terraza en madera de IPE y hormigón encofrado que envuelve una antigua balsa remodelada en microcemento. Este gran mirador está parcialmente volado gracias a un importante ejercicio estructural sobre el muro perimetral de la propiedad. Para contrastar con la mampostería del castillo, una barandilla metálica recorre la nueva intervención transformándose finalmente en una pérgola minimalista que se prepara para recibir vegetación.
En segundo lugar, casi a los pies de la colina, se han construido unas gradas exteriores de hormigón que permitirán a los visitantes disfrutar de eventos al aire libre. Paralelamente, se ha diseñado una escalera que conecta los dos niveles de la parcela, ejecutada en chapa de acero teñida en negro y con la particularidad de una huella de religa metálica como solución para la evacuación de agua en caso de lluvia. Estéticamente se conecta con un antiguo almacén convertido en la sala de reuniones y conferencias de Raimat LAB, la plataforma de innovación y sostenibilidad ligada a la fundación familiar. La fachada acristalada se enmarca y divide en grandes lamas de acero negro y en sus extremos se incorporan dos puertas de madera de pino quemada con la técnica japonesa Yakisugi. Desde el interior, las vistas crean una atmósfera muy serena, como si se admirara la pintura de un paisaje.