En un movimiento audaz que fusiona historia industrial con elegancia contemporánea, Raquel Lázaro, al frente de Lázaro Estudio, ha dado nueva vida a una antigua fábrica de café en desuso, convirtiéndola en un sofisticado y versátil espacio para eventos. Situado estratégicamente en el revitalizado barrio de Olabeaga, a orillas de la ría de Bilbao, este proyecto, bautizado como «Silo», ofrece una experiencia única con su imponente estructura y vistas panorámicas gracias a sus amplias cristaleras.
Con una superficie de 400 metros cuadrados, techos altos y una terraza junto a la ría, Silo responde a las necesidades de empresas y particulares que buscan un entorno dinámico y exclusivo para sus actividades y celebraciones. Lázaro Estudio ha adoptado un enfoque minimalista que resalta el carácter brutalista del espacio, utilizando hormigón visto para las paredes, limpiadas con chorro de arena, y suelos de cemento pulido.
Las claves del proyecto de Lázaro estudio
La paleta cromática, dominada por tonos grises, negros y matices inspirados en el café como tostados, tabaco y cuero, crea una atmósfera de sofisticación y elegancia. El diseño interior se articula en torno a dos áreas principales: un espacio circular bajo el nivel del suelo, que antiguamente funcionaba como silo para el café, y una gran cocina equipada con electrodomésticos de marcas reconocidas.
Los detalles en hierro, desde mamparas hasta puertas, evocan la esencia de la industria metalúrgica que define la zona. La obra gráfica del artista local Gorka Gondra, presente en la entrada y el logotipo retroiluminado en hierro cortado, complementa a la perfección la estética industrial del lugar.
Ubicado en el emblemático barrio de Olabeaga, a pocos minutos de la Gran Vía de Bilbao, Silo se erige como un símbolo de la transformación urbana en curso en la ciudad. Desde sus cristaleras, se contempla el futuro prometedor de la península de Zorrozaurre, que se vislumbra como el Manhattan bilbaíno en desarrollo.