Jordi Ludevid I Anglada

Frente a la complicada situación que vivimos, y como revulsivo, ¿qué se está haciendo desde el CSCAE? ¿Cómo contribuye el nuevo Real Decreto Ley 8/2011 del 1 de Julio?

El Consejo ha hecho propuestas a las instituciones sociales y políticas para reducir el impacto de la crisis en el sector de la arquitectura referidas, fundamentalmente, a promover la activación del sector de la edificación para que, en un horizonte a medio plazo, se recuperen niveles de actividad normales y adecuados al tamaño de nuestro país. Esta activación a su vez tiene una componente muy importante en la reactivación de la rehabilitación, vinculada a la eficiencia energética y a su contribución a la sostenibilidad, con la mejora y condicionamiento de edificios que permita elevar la calidad de vida de sus usuarios y poner en valor el patrimonio construido y la seguridad jurídica del mismo.

Otra componente es el crecimiento, lento pero continuo, que debería programarse para la construcción de obra nueva y que permita, a medio plazo, adquirir un nivel razonable.

El Real Decreto Ley de 1 de julio recoge solo en parte estas intenciones y contribuye positivamente a la práctica de la conservación y mantenimiento del patrimonio construido. La extensión a los municipios de más de 25.000 habitantes de la Inspección Técnica de los Edificios es una buena práctica para la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Sin embargo, nosotros creemos que, si queremos una reactivación económica y una refundación del sector, deberemos ir mucho más allá. El sector necesita una nueva regulación en materia de rehabilitación, mucho más radical.

¿Cómo está afectando y cree que afectará próximamente la actual coyuntura a la profesión? ¿Existe un antes y un después?

Los arquitectos, como colectivo profesional, ejercen su actividad de forma muy próxima al tejido social. La capacidad y la vocación de utilidad en la prestación de servicios ha hecho de la profesión de arquitecto un tejido especialmente sensible a los cambios sociales y económicos en nuestro país, por eso, precisamente, es un tejido especialmente afectado por las severas circunstancias de la crisis actual.

Los arquitectos serán muy útiles para el proceso de recuperación, contribuyendo a la mejora y rehabilitación del parque construido, a la compatibilidad de la actividad en el sector con principios de sostenibilidad y de eficiencia energética, y, en definitiva, a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos en una lógica económica de austeridad. En efecto, igual que para toda la sociedad, esta crisis marca un antes y un después para los arquitectos.

¿Considera que la exportación de nuestra Arquitectura es la mejor apuesta que deben hacer los estudios españoles?

La arquitectura española cuenta con un prestigio y reconocimiento a nivel mundial que permite a nuestros estudios acceder al mercado internacional, donde la componente politécnica del arquitecto español es especialmente valorada. Proyectarse a otros países como profesionales es posible con perfiles personales y de trabajo diversos y distintos, y exige una disposición y un perfil adecuados con el que deben identificarse aquellos arquitectos que quieran iniciar un camino hacia la internacionalización que resulte exitoso. No estamos pensando solo en grandes proyectos sino en todo tipo de trabajos, algunos mucho más modestos.

Ver la entrevista completa >>>>. 

Compartir

Entradas Relacionadas

U-flow de Mediclinics: el producto más innovador del mundo

Finsa impulsa el diseño sostenible en Madrid Design Festival

Mocha Mousse: El color del año 2025 para tu hogar

Escrito por
Últimos Números
Proarquitectura 192 Especial Aislamiento TérmicoProarquitectura 191 Especial CalefacciónProarquitectura 190 Especial Rehabilitación y Reforma