La polémica suscitada acerca de la mayor o menor idoneidad de determinadas soluciones de fábrica, basándose en un comportamiento estructural de éstas, que pretende exceder el propio uso tradicional, nace de la voluntad de establecer convenciones para los muros, a partir de procedimientos constructivos, cuando es la geometría la característica de las fábricas que influye, de manera determinante, en su comportamiento mecánico.
En el capítulo 5 del Documento Básico de Seguridad Estructural, aplicado a muros de fábrica (DB SE-F), en la unidad que se refiere a muros de cerramiento de fachada, existe un apartado, “Muros sometidos a acciones laterales locales”, en el que se establecen los procedimientos, a partir de una serie de modelos estructurales, para comprobar la satisfacción del requisito de Seguridad Estructural que garantice la estabilidad e idoneidad para el cerramiento de los mismos.
La calificación de “tradicional” aplicada a soluciones de fachada cuando éstas sólo aportan una función de cerramiento y protección, puede ser considerada como contradictoria, habida cuenta que lo tradicional para una fábrica de ladrillo cara vista es trabajar a compresión, algo que apenas realiza cuando se haya confinada entre una estructura.
Por otra parte, las soluciones de antaño conformaban el cerramiento a partir de la disposición de un material con un espesor tal, que quedaban garantizadas las exigencias de resistencia, protección y confort. Así la función de cerramiento y la función portante se conseguían a partir de un único dispositivo.