Aunque el ladrillo cara vista haya estado presente en la edificación desde hace mucho tiempo, es un magnífico ejemplo de cómo un producto tan habitual puede adaptarse a los crecientes requerimientos del sector. “El ladrillo cara vista destaca por ofrecer una excepcional belleza, lo que permite levantar cerramientos exteriores con una serie de prestaciones técnicas que garantizan el cumplimiento de todos los requisitos de calidad, tales como resistencia al agua, absorción, compresión, etc.”, explica Miguel Ángel Iturralde, Gerente de Tejería Iturralde.
Así, la Asociación Española de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida (Hispalyt) resalta que “las obras construidas con ladrillo cara vista han estado presentes en la arquitectura de nuestro país desde tiempos remotos. Este material ha ido trascendiendo de una cultura a otra por tener un comportamiento noble, además de ofrecer ventajas para todo tipo de aplicaciones, pues en el ladrillo cara vista se unen la resistencia y funcionalidad de los materiales cerámicos con la estética y el diseño de un producto que ha evolucionado a lo largo del tiempo, adaptándose a las tendencias de cada época”. Del mismo modo, Alejandro Méndez, responsable del Departamento Técnico de Arcillex, indica que “ya se veían fachadas de ladrillos haciendo mosaicos y otros decorados en el Imperio Bizantino”.