El objeto de la actuación ha consistido en la adaptación del Monasterio de Corias, deshabitado y desocupado en su mayor parte, para su transformación en un Parador de Turismo integrado en la Red de Paradores del Estado, salvo unas dependencias determinadas de Suroeste del edificio anexas a la iglesia, que seguirán albergando a la Comunidad de Dominicos que en la actualidad reside allí.
La fundación de este recinto data del s. XI, cuando los condes Don Piñolo Jiménez y Doña Aldonza Muñoz, cuyas propiedades abarcaban vastos territorios en el occidente asturiano y León, deciden fundar un monasterio al que donar sus cuantiosas posesiones al no contar con descendencia. La primera edificación se terminó hacia el año 1.043. La primitiva construcción derivó en obras de mayor fuste, consagrándose la nueva iglesia en 1.113. A finales del s. XVI los edificios van configurándose con el estilo herreriano, grandioso y parco en ornatos, pasando su obra por diversos avatares hasta su conclusión en 1.610.
A mediados del s. XVIII un incendio lo destruye, salvándose únicamente la iglesia, la sacristía y la biblioteca. De nuevo, se reconstruye bajo planos del maestro titular del cabildo de Compostela, Miguel Ferro Caaveiro, el cual proyecta un monasterio de grandes dimensiones de estilo neoclásico, influenciado por el Escorial en su austeridad, lo que junto a sus dimensiones, lo han llevado a ser considerado como el Escorial asturiano.
Los materiales fueron extraídos de la zona; tanto la madera como los mármoles o la piedra. Se configura de planta rectangular con una crujía en el centro que separa dos claustros interiores sobre los cuales se organizan las dependencias.