Dado el precio de una plataforma elevadora, entre dos y tres millones de las antiguas pesetas (entre 12.000 y 18.000 euros), y el posterior uso específico y esporádico que se le dará a este tipo de maquinaria, ha provocado en los últimos años el florecimiento de empresas de alquiler, que aportan rentabilidad y ahorro económico tanto a sí mismas como a los usuarios que deciden adquirir en arrendamiento temporal estas máquinas. Las plataformas elevadoras son empleadas para apoyar los trabajos de obras, inspección de edificios o reformas, suponiendo una ayuda considerable y ahorrando tiempo frente a la colocación de andamios, aunque son utilizadas mayoritariamente para actuaciones concretas y rápidas, donde se hacen idóneas.
Para las empresas que deciden adquirir su propia plataforma, bien en el mercado nuevo como en el de segunda mano, muchas compañías dedicadas al alquiler podrán completar un servicio de mantenimiento o reparación con personal cualificado y medios para su transporte entre el taller y el punto de entrega del usuario. Pero para alquilar o comprar la máquina idónea para el trabajo que desarrollaremos, habrá que conocer primero su tipología.