La histórica finca Can Mati, antiguamente conocida como Can La Sellaresa y erigida por el visionario Marcel·lí Calbet i Sendra a finales del siglo XIX, tiene sus raíces en el núcleo histórico de Viladecans. Originalmente una casa de payés en un entorno agrícola, Can Mati presenció la transformación de Viladecans en un pueblo industrial a principios del siglo XX. A lo largo de cuatro generaciones, la finca sirvió como hogar familiar, refugio para el ganado y almacén de herramientas campesinas, conservándose en general en buen estado y presentando porches más modernos en el patio.
Daniel Tigges, el arquitecto a cargo del proyecto, destaca la singularidad del desafío al partir de una estructura preexistente. «Es un reto partir de una estructura existente, pero a la vez nos ofrece la oportunidad de enriquecer un edificio, puesto que tal como nuestros antecedentes influyen en nuestras personalidades, los espacios históricos nos hablan de una manera que un edificio nuevo no consigue», explica Tigges en su enfoque único hacia la restauración.
Las claves del proyecto de Tigges Architekt
El proyecto de construcción se enfoca en valorar la sustancia existente, preservando la rica historia construida de la finca. Los muros estructurales se han modificado mínimamente, revelando las vigas de madera y las bovedillas cerámicas mediante la eliminación de cielos rasos y una profunda limpieza. La fachada principal ha experimentado redimensionamientos estratégicos para mejorar la iluminación natural, incorporando nuevas ventanas y porticones de madera con un enlucido de mortero de cal en los muros existentes.
La distribución generosa y fascinante de la casa se ha mantenido, destacando el vestíbulo de triple altura bañado por la luz natural, que ha transformado el centro antes oscuro y dividido. La zona de día, conectando tres espacios anteriormente separados, testimonia la preservación de las virtudes originales.
La rehabilitación energética ha sido fundamental para abordar los retos climáticos. Durante el caluroso verano de 2022, la casa demostró su eficiencia con un mínimo consumo energético de 31 kWh/m2a para calefacción y 14 kWh/m2a para refrigeración. La climatización se logró mediante una bomba de calor Mitsubishi y ventilación de doble flujo con recuperador de calor, proporcionando un confort excepcional.
El proyecto, alineado con los principios de Passivhaus, ha logrado el certificado Passivhaus EnerPHit clásico. La envolvente hermética, con un impresionante valor de 0,5 renovaciones de aire, cumple con los rigurosos estándares de Passivhaus. Se han implementado soluciones sencillas y aislamiento exterior siempre que fue posible.
En términos de sostenibilidad, el proyecto destaca por la cuidadosa selección de materiales de bajo impacto y acabados que garantizan un aire interior saludable. Tigges Architekt, bajo la dirección de Daniel Tigges, es conocido por fusionar diseño contemporáneo con construcción sostenible. Tigges, arquitecto con especialización en sostenibilidad, ha sido reconocido en concursos y premios por sus proyectos respetuosos con el medio ambiente, posicionándose como líder en arquitectura de bajo impacto en España.