A pesar de haber desarrollado proyectos de gran escala como, por ejemplo el Centro de Investigación Príncipe Felipe o el Nuevo Hospital Universitario La Fe; es el ámbito residencial donde ha conseguido un mayor eco mediático, ¿se encuentra más a gusto proyectando viviendas o espacios más recogidos?, ¿con cuál se siente más cómodo?
La verdad es que me interesa el hecho de crear experiencias arquitectónicas de manera que me gusta moverme indistintamente en todas las escalas y dimensiones que tengan que ver con la arquitectura, desde el urbanismo hasta el diseño de un mueble, siempre que éste te transmita algo.
La vivienda me agrada especialmente porque es el proyecto que tiene más que ver con la forma de vivir, es el proyecto que contiene una conexión más íntima con el habitante. Al diseñar una vivienda, además de crear un refugio para proteger al hombre, estás construyendo el escenario donde desarrolla su vida. El hombre configura la vivienda, pero la vivienda también, de alguna forma, configura o determina la vida de un individuo. Me interesa mucho esa interacción de la arquitectura con la vida.
¿Qué transcendencia ha supuesto para usted la realización del proyecto Na Xemena? A su juicio, ¿qué ventajas aporta un arquitecto al diseño del mobiliario?
Na Xemena supuso el proyecto en el que, por primera vez, pude expresar mi forma de hacer arquitectura de una forma contundente, desde muchos puntos de vista: desde la relación con el lugar, físico y cultural, hasta el hecho de manipular la percepción del lugar creando una experiencia total. Esa experiencia estuvo potenciada por el hecho de diseñar todos los elementos que formaban parte de ella generando un universo de armonía.
Desde mis primeros proyectos he diseñado los muebles como parte del conjunto y es en Na Xemena donde estos por primera vez se industrializan. Para mí, el mueble supone un elemento que, por un lado, transmite las pautas de la arquitectura y por otro, conecta la arquitectura con el hombre.
A partir de ese momento he desarrollado paralelamente a mi carrera de arquitecto la de diseñador, moviéndome siempre en universos formales paralelos pero sin poder despegarme del hecho de que lo que diseño va a formar parte de la arquitectura en algún momento.