Sin duda, la construcción industrializada se ha posicionado como una opción de calidad, segura y de ahorro, tanto económico como energético. A pesar de que en España aún estamos a la cola en comparación con otros países europeos, gracias a sus beneficios sostenibles y de eficiencia energética está haciendo que esta tipología constructiva haya aumentado su presencia en los últimos años.
La construcción industrializada es una nueva metodología de construcción de todo tipo de edificios, donde, “mediante la aplicación de nuevas tecnologías digitales e industriales, se establece un flujo de trabajo y una cadena de valor donde los materiales de construcción, antes de ser instalados en la obra pasan por procesos fabriles que los transforman en sistemas y componentes para ser ensamblados en el lugar de ejecución del proyecto”, define Manuel Lobo, Consultoría Técnica de Finsa. En este sentido, Stefano Carlo Ascione, director de marketing y comunicación de ARQUIMA, añade que la construcción industrializada supone una fabricación ordenada y organizada de los edificios y que garantiza un control de máxima exigencia. Además, concreta que “la planificación de todas las operaciones permite obtener una disminución notable en los tiempos de fabricación”. “Otra de sus características es que se basa en la automatización y optimización de procesos, a través del uso de nuevas tecnologías y mano de obra especializada. Mientras que el modelo de construcción tradicional se basa en la baja producción, la personalización del producto y el coste elevado”, analiza Fran Ortiz, responsable de Área prescripción de Pamesa Cerámica.