Sin duda, las cubiertas ecológicas tienen una historia que se remonta miles de años, sin embargo, pese a su longeva historia y su desarrollo y evolución en gran parte de Europa es, en la actualidad, preocupados por conseguir un urbanismo sostenible y mayores índices de ahorro y eficiencia energética, cuando ha cobrado en nuestro país toda su relevancia. Un sistema constructivo con grandes ventajas que debe contar con una adecuada impermeabilización para impedir posibles patologías.
De un tiempo a esta parte existe una necesidad urgente por cuidar nuestro medioambiente intentando verter a la atmósfera la mínima polución posible. En este sentido, las cubiertas ecológicas son una forma original de recuperar zonas verdes en las ciudades, con la ventaja de que no necesitan riego ni cuidados especiales.
“Una cubierta ecológica es la fusión de naturaleza, impermeabilización y aislamiento dentro de una solución constructiva. Se trata de devolver a la naturaleza el espacio que le han usurpado los edificios. Sus finalidades principales son dotar al edificio de un sistema duradero de impermeabilización, contribuir a un beneficio medioambiental y social y aportar un ahorro energético a los usuarios, de forma que, a la vez, se mejore la estética y la calidad de la construcción desde una perspectiva sostenible, original e innovadora”, define Héctor J. Zurdo, director general de ITM Proyectos. A lo que Jorge Del Préstamo, director comercial de ZinCo Cubiertas Ecológicas, añade que las cubiertas ecológicas o cubiertas verdes son soluciones constructivas arquitectónicas, que consisten en reproducir con materiales industriales el terreno natural con su manto verde sobre los cerramientos superiores de los edificios. “Dichos cerramientos representan la ‘quinta fachada’ de la construcción, y no siempre se diseñan en un plano horizontal, pueden adoptar distintas geometrías, inclinaciones e incluso formas curvas”.