La arquitectura sostenible y eficiente emerge como un imperativo en la era actual, desafiando las convenciones tradicionales. Más allá de la eficiencia energética, se prioriza el uso responsable de recursos y materiales de bajo impacto ambiental. Desde la construcción hasta el uso diario, estas prácticas buscan minimizar la huella ecológica y maximizar el bienestar de los ocupantes. Estas estrategias están redefiniendo el panorama arquitectónico hacia una mayor conciencia y resiliencia.
La arquitectura sostenible y eficiente emerge como un paradigma imprescindible en la era contemporánea, desafiando convenciones y revitalizando conceptos tradicionales. Primero que nada, tal y como comenta Stefano Carlo Ascione, director de Marketing y Comunicación de Arquima, hay que tener presente que la arquitectura sostenible y la eficiente no son lo mismo. Tal y como explica, la arquitectura eficiente se centra solamente en la eficiencia energética, en las demandas de calefacción, de refrigeración y uso de energía primaria, dejando de lado los materiales con los que se ha construido el edificio. En cambio, “la arquitectura sostenible es un concepto mucho más amplio, que engloba la eficiencia del edificio, pero también los impactos de los materiales, con su análisis de ciclo de vida, y el impacto tiene sobre la salud en sus habitantes”.