Desde el punto de vista arquitectónico, la ventana es uno de los elementos con mayor importancia dentro de la fachada, pues se trata del sistema que permite llevar a cabo la relación entre el interior y el exterior del edificio. Además, va a definir el confort que se tiene en una estancia, definiendo la cantidad de calor o frío que almacenemos dentro del edificio.
Las ventanas nacen principalmente como aberturas en el muro, incluso sin que el vidrio existiera, por lo que originalmente se cerraba con tapas de madera. Posteriormente, con la aparición del vidrio se revoluciona la idea de ventana, y con los bastidores se desarrolló lo que actualmente ya se conoce como ventana. Con el paso del tiempo este elemento se ha actualizado para ser más eficiente en condiciones de aislamiento térmico, acústico y solar.
Sin lugar a dudas, contar con una buena ventana es de gran importancia, ya que es una forma de comunicar un espacio con el exterior, respondiendo a las necesidades más básicas que como seres humanos tenemos, luz y ventilación. Por ello, será muy importante dónde se coloquen en una construcción pues va a ser lo que garantizará que la estancia se mantenga ventilada y no acumule humedad.