El complejo hotelero contempla distintos servicios comunes, como el hall de entrada, un bar, salas de reuniones, salón de negocios, terraza, restaurante, piscina y el Thalasso-Spa.
Dentro del diseño de interiores, se ofrece un concepto de diseño que sigue las necesidades que solicita el cliente; un espíritu contemporáneo, urbano, flexible, facilidad de mantenimiento, y sobre todo con unos costos razonables. A partir de estas características, el equipo encargado del diseño interior, desarrolla cuatro áreas principales de decoración, ofreciendo un concepto distinto para cada una de ellas, pero obligados por el mismo “espíritu”, según lo que solicita el cliente.
Dentro del programa del hotel, se distinguen varias zonas principales, el pasillo de entrada, que será la primera impresión que el cliente tendrá del hotel, por lo que, el diseño debe conseguir que la zona sea de fácil uso, acogedor, e invitando a la gente el deseo de quedarse. De igual manera, la organización debe ser clara, el visitante debe sentirse “orientado” desde el principio. Dentro de esta zona debe tenerse muy en cuenta las relaciones sociales, por lo que se aportan varios espacios de encuentro y conversación, donde la vista del mar debe ser la atracción principal, especialmente en la zona del bar salón.