Joaquín Torres / A-Cero Joaquín Torres Arquitectura

Luis Barragán, Mies Van der Rohe, Le Corbusier… ¿dónde podemos encontrar tus referentes?

Sin duda en los maestros del movimiento moderno. Le Corbusier es posiblemente el gran arquitecto del siglo XX y el que más ha aportado a la arquitectura moderna. Efectivamente como éstos hay otros nombres que son referentes que hemos estudiado y tenemos siempre muy presente. Y también un apoyo por supuesto es el mundo del arte, la pintura y la escultura, y en realidad cualquier vivencia incluso, cualquier cosa que nos “mueva” nos abre constantemente caminos en los que basarnos.

Rafael Llamazares es para Joaquín Torres….

Mi gran amigo, ante todo mi AMIGO, pero también es mi socio y esa persona que siempre me apoya, me ayuda y me hace mejor persona. He sido muy afortunado al haberme cruzado en mi vida con una persona como Rafa. Desde la escuela en Coruña (ETSAC) donde coincidimos, guardamos una gran amistad y una misma visión sobre lo que es A-cero. A nivel profesional, han pasado muchas cosas, ha pasado mucha gente por nuestras vidas, hemos pasado situaciones de todo tipo en estos casi 20 años de estudio, pero aquí continuamos los dos trabajando. No paramos de trabajar, de hacer cosas… y creo que somos un buen tándem.

¿Qué es lo primero que analiza Joaquín Torres cuando se enfrenta a un nuevo proyecto? Desde tu punto de vista, ¿qué principales valores deberían primar a la hora de proyectar un edificio? (funcionalidad, ecoeficencia, sostenibilidad, precio, relaciones humanas…)

Yo intento ponerme en la piel de mi cliente y analizar lo que para él es lo más importante y, a partir de ahí, dar forma y racionalizar las prioridades y los criterios para proyectar. Doy por supuesto que una buena arquitectura es siempre funcional y esto para mi prima por encima de cualquier criterio, pero creo al mismo tiempo que no tiene que estar en conflicto con la estética o la sostenibilidad.

Tu arquitectura se caracteriza por el uso de líneas rectas y formas estilizadas, ¿consideras que la arquitectura debe valorar estos aspectos estéticos frente a otros valores? (funcionalidad, ecoeficencia, sostenibilidad…) ¿Cómo se hacen compatibles?

Considero, que no tiene por qué haber una incompatibilidad. De hecho el diseño, el buen diseño, es el que aúna estos valores: la funcionalidad y la estética, y si se suman a éstos un presupuesto razonable, el diseño mejora y así existen varios puntos que pueden hacer de un producto -un diseño- un proyecto, mejor o “menos mejor”. Precisamente lo interesante es encajar todos estos valores en tu trabajo. En cualquier caso, considero que la funcionalidad es primordial, por eso es arquitectura, pero la función y la forma deben ir de la mano.

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