Se trataría de una nueva área la cual tendría que convertirse en un auténtico motor de arranque y transformación urbana y social. Para ello, desde el estudio, plantearon varias soluciones, como la consecución de la máxima flexibilidad y adaptabilidad de las edificaciones, introducir toda una serie de usos que complementarán y potenciarán los puramente administrativos, tales como culturales (discoteca, auditorio, exposiciones…), comerciales, oficinas, etc., para conseguir que la zona mantuviera su actividad y uso el mayor número de horas al día y el mayor número de días al año.
Se plantea un zócalo de amplia base, en fachada al anillo periférico, donde apoyar el área comercial, creando allí una gran plaza pública, a modo de acceso y acogida a todos los usuarios de la ciudad gubernamental. En este espacio se genera la máxima mezcla de usos. En la planta superior, otra gran plaza acoge las áreas más públicas como la biblioteca, la sala de exposiciones, el centro de congresos, el auditorio y el conjunto de oficinas en cuyas últimas plantas se ubican las salas gubernamentales, con vidrio inclinado simbolizador de la transparencia pública. A partir de tal plaza, se distribuye la gran espina dorsal del conjunto, repartiéndose a ambos lados los edificios públicos, que se identificarán por colores y números, para su fácil ubicación.
Los edificios se plantean como auténticos contenedores de actividad, con todos los núcleos de escaleras y ascensores externalizados, dotando así de la pretendida flexibilidad de uso y de adaptaciones futuras, al liberar completamente una planta con una retícula estructural de 8,00 x 8,00 m.