En esta nueva intervención en Lima, los arquitectos mantienen las intenciones que se iniciaron en proyectos anteriores como por ejemplo en el Edificio Villarán, La Aurora, también en Lima, Perú.
Así pues, por un lado se pretendía encontrar una cierta tradición vernácula a la hora de utilizar algunos materiales que aportan un carácter diferenciador a algunas arquitecturas de la ciudad, consiguiendo que su utilización se adapte a los usos y costumbres contemporáneos.
De igual manera, es necesario, por parte del estudio, realizar un trabajo con gran rigor de la complicada geometría del solar, el cual es resultado de la adición de varias parcelas que tienen diferentes fondos.
En relación a esto y por claridad conceptual y economía de medios se propone una solución que acoge cuatro viviendas sensiblemente iguales, con orientación hacia la Avenida y otras dos viviendas que se encargan de asumir las irregularidades del reverso, buscando en las anomalías la oportunidad de situaciones diferenciadas.
De esta forma, se concentran todos los elementos verticales, lo que optimiza las escaleras y que, a su vez, geometrizan los distintos corredores de acceso, los atrios y patios de iluminación. De este modo, se generan ventilaciones cruzadas naturales en la mayor parte de las estancias de las viviendas.