Alberto Campo Baeza / Estudio Campo Baeza

Frente a la complicada situación del sector ¿Cómo pueden contribuir los arquitectos al proceso de recuperación?
Rebelándose con paciencia, constancia y honestidad.
El sector de la construcción ha pasado anteriormente muchas veces por situaciones parecidas que siempre se han superado. La novedad es que el número de arquitectos ha crecido desmesuradamente. Hay ya más de 50.000 arquitectos titulados en España, y casi la misma cantidad de estudiantes de arquitectura. Un sinsentido.
Se podría y se debería hacer un reparto racional del trabajo. Y si no lo hace cada arquitecto, deberían hacerlo los Colegios de Arquitectos, o el Estado. ¿Se imaginan ustedes que un médico viera al día a 100 enfermos? Pues hay arquitectos que veían y ven a 100 enfermos al día. Basta con firmar.
Los arquitectos pueden y deben contribuir con lógica, con sentido común y con generosidad a un reparto racional del trabajo.
Desde su punto de vista, ¿Qué principales pasos habría que dar para establecer un proyecto de futuro que genere confianza?
Bastaría desarrollar adecuadamente el punto anterior: un reparto racional del trabajo. Con una transparencia total y con una honestidad absoluta.
Un tema muy sensible es el papel que está desempeñando actualmente la Administración; ¿considera que se está haciendo lo adecuado?
Claramente no. Esta administración es ciega y sorda y muda, como lo ha sido la anterior, y la anterior a la anterior. No se trata sólo de que la Administración saque a concurso muchas obras. Conozco a demasiados arquitectos con concursos ganados, donde se han dejado la vida, y luego no se han construido. Se trata de que la Administración sea racional. A lo mejor es como pedirle peras al olmo.
La sociedad española tiene un concepto muy equivocado de lo que es un arquitecto. Un arquitecto no es el protagonista brillante de una película de lujo. Un arquitecto es un servidor de la sociedad.
A veces, pocas, la Administración lo hace bien, y da mucho gusto. Muchas otras la Administración lo hace mal, cuando no de manera corrupta. Y para ello necesita la firma del técnico, del arquitecto. Desgraciadamente ha sido habitual este doblete Administración-arquitecto para desplegar esta marea de corrupción de la que todavía estamos intentando librarnos.
En cuanto a la actividad inversora en la rehabilitación, ¿Qué propondría? ¿Considera interesantes iniciativas como el Plan PIMA Sol u otros planes similares?
Propondría el ser lógicos. Tenemos un enorme parque inmobiliario. Muchas ciudades españolas tienen un casco histórico magnífico vacío que debe ser rehabilitado y usado. Pero no, no se hace casi nada y la mayor parte de las veces se usa para especular. Hace tiempo escribí un texto que para algunos fue escandaloso. Se titulaba: Socializar el suelo o morir. Denunciaba el que el suelo, la tierra, la buena tierra, fuera el principal material de especulación. Con los cascos históricos, si no se ponen los medios, puede suceder lo mismo. Pueden llegar a ser materia de especulación.

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