Con este trabajo se pretende preservar el espíritu de las pequeñas edificaciones existentes de la zona, proponiendo, a la vez, una reflexión sobre la densificación y la compacidad urbana.
El resultado del estudio de las líneas de fuerza del ámbito urbano próximo indica la necesidad de crear una permeabilidad en el centro del conjunto para, así, evitar, a toda costa, el endurecimiento previsible de edificios de cierta altura en alienación a la calle, tal como preconiza el Plan Local de Urbanismo.
La implantación de los edificios, a lo largo de la Rue Carnot, revitalizará la zona, mediante una serie de ventanas urbanas al entorno, conectando el Eco Barrio con el cementerio y explotando, a su vez, el potencial de éste como pulmón verde.
Tras un proceso de concertación y consulta con los servicios del Ayuntamiento, los agentes sociales y los habitantes, se propuso un espacio público en el centro de la manzana, articulado en torno a una calle peatonal Este/Oeste y un pasaje Norte/Sur. Esta intervención estructurante, a escala urbana y humana, recrea al Norte una conexión con el municipio limítrofe de Kremelin-Bicêtre, y religa la propuesta con los barrios del Oeste de Ivry-sur-Seine. En definitiva, el dispositivo urbano que revaloriza la propuesta es el espacio público, el cual funciona, en este proyecto, como intercambiador y elemento de relación fundamental entre los diferentes edificios.