Explícanos qué es la arquitectura, de la forma en que se enseña en la universidad. Y, ahora, qué es la arquitectura para vosotros, como pasión, vivencia, como objeto de vida apartado de la simple definición.
En las escuelas se enseña arquitectura como modo de expresión artística del arquitecto y quizás se descuida la formación en campos de la arquitectura donde hay trabajo para la profesión.
Para nosotros arquitectura es construcción e intentamos que siempre sea arte, como expresión de la relación entre los seres humanos y el medio en que viven. Inevitablemente su construcción exige una formalización que debe ser justificada correctamente desde todos los aspectos involucrados: urbanísticos, de contexto, arquitectónicos, constructivos y de coste, como evaluación de los recursos disponibles.
En este sector, en la actualidad parece que se están viendo pequeños síntomas de recuperación, ¿cómo están contribuyendo los arquitectos a este proceso?
Pensamos que un buen diseño es un buen negocio ya que los arquitectos tenemos la capacidad de dar valor añadido a la inversión ya sea pública o privada. A su vez, los arquitectos debemos aprovechar la actual coyuntura de inversión inmobiliaria para seguir mejorando el espacio urbano de las ciudades y, a pequeña, escala debemos dotar del mayor nivel de confortabilidad al consumidor final de esa arquitectura.
¿Considera que los Colegios de Arquitectura y el CSCAE realizan las acciones adecuadas para favorecer el desarrollo de la profesión? ¿Qué más les pediría?
Los colegios realizan un gran trabajo pero les pediríamos mayor visibilidad en entornos no arquitectónicos y volver a poner en valor la figura del arquitecto como líder del proceso arquitectónico. «Producción industrial», «parámetros y algoritmos», scripts… son términos habituales en el diseño actual. ¿Se ha alejado la arquitectura de los maestros del siglo XX -Gropius, Aalto o Le Corbusier-? Pensamos que no. Los maestros siguen estando en los libros y en sus obras y hay que seguir fomentando su estudio en profundidad. El propio Le Corbusier ya intuía estos procesos cuando promovía el concepto de “Une maison est une machine-à-habiter”, “una casa es una máquina para habitar “.
Dicho esto, las nuevas herramientas informáticas no deben ser, como en muchos casos actualmente, una coartada para hacer arquitectura efímera o frívola. Por otro lado, suponen una extraordinaria oportunidad para avanzar en la optimización del diseño y de los recursos materiales necesarios para construirlo.