Una vez conocidas las necesidades del cliente, que en este caso buscaba un lugar sencillo, que se asemejara y le sirviera de extensión de su propia personalidad, Nasser Abulhasan y Joaquín Pérez Goicoechea, se pusieron manos a la obra para llevar a cabo esta vivienda.
La parcela presentaba unas condiciones inmejorables, colindando en tres de sus lados con accesos públicos y un retranqueo especialmente pronunciado en una de sus caras, que permitía construir un paisaje amplio que sirviera como escenografía para el disfrute de la vivienda.